Lee el ejemplo (y en realidad todo) con humor :)
Es viernes y Carlos tiene planeado quedarse en casa viendo una película junto a su pareja. Poco antes de empezar Carlos observa en su móvil que se ha abierto una conversación que lleva por título “Orgía en mi casa”. El grupo está administrado por su pareja y hay alrededor de 20 integrantes. Carlos, intrigado, le pregunta ¿Esto qué es?. Es evidente lo que es, un grupo para hacer otro plan alternativo ese mismo viernes, en ese mismo instante, en ese mismo lugar, organizado por la misma persona con la que había planeado algo bastante distinto.
La situación es bastante simple. El plan A ha caído aunque se puede rescatar (peli). Hay un plan B (orgía). Incluso podríamos trazar planes C (ambas a la vez), D (ninguna), E (irse a un bar)… Hay varias opciones. Carlos, que puede que se haya leído varios libros de autoayuda durante la semana se topa con un escenario que no parece tan sencillo de resolver. En los libros Bobby, Nick o Helen conseguían superar situaciones adversas con gran éxito (con un planteamiento similar a los anuncios de la teletienda). Desde luego es un escenario que él no ha atraído con sus pensamientos y tampoco parece que los pensamientos le vayan a sacar de ahí. Escoja la decisión que escoja (es importante remarcar que siempre tenemos opciones) no será la que unos minutos antes tenía en mente. Parece que su voluntad tiene poco que decir. El principio de “si quieres, puedes” es igual de absurdo que el “no puedes”. Hacemos el mismo daño a alguien diciéndole “nunca vas a encontrar trabajo” que asegurándole “si te esfuerzas, encontrarás trabajo”. Bueno, decir el mismo es algo aventurado por mi parte, no creo que haya estudios que demuestren que infligimos el mismo daño con esas frases…pero estamos hablando de autoayuda, los estudios (los científicos, los de verdad) no tienen cabida.
Si Carlos cayese en una espiral negativa “la vida es una mierda, mi pareja me quiere joder la vida, hay una conspiración contra mi persona” estaríamos de acuerdo en que no se habría tomado bien la situación. Somos bastante conscientes de que afrontar las vicisitudes de la vida con una actitud negativa no es bueno. Pero…si Carlos dijese: “Ok, no pasa nada, vamos a tener una maratoniana jornada de sexo aunque lo que me apetecía era estar tirado en el sofa descansando después de una semana dura…” ¿lo veríamos mal o bien?
El ejemplo es excesivo, claro. No quiero que nadie se sienta identificado con el ejemplo directamente. Quiero invitar a reflexionar sobre dos cosas a) ¿Qué grado de control tenemos sobre nuestra vida? y b) ¿Tenemos que sonreír y poner buena cara aunque las cosas no salgan como queríamos?
Os dejo esta imagen que han compartido en mi Facebook.