¿Preferís usar “convencer” o “persuadir”?
Quizás te pueda ayudar a elegir.
Con-vencer hace alusión a la idea de vencer. Vencer, derrotar. En la relación que se establece en el “con-vencer” queda implícita una contienda, una disputa.
Las relaciones poderosas y productivas apuntan al ganar-ganar. Uno de los Siete Hábitos De La Gente Altamente Efectiva de Stephen Covey. Aquí podés leer mi libro de la Mirada desde el Coaching sobre este manual de sabiduría que escribió un grande.
Es mejor vencer convenciendo, que convencer venciendo. Francisco Rubio
Estoy “convencida” de que cuando Rubio escribió esta frase buscó su impacto en el juego de palabras. Si no, con su sabiduría, habría usado en ella: “persuadiendo”.
¿Cómo te suena cuando alguien dice que te quiere “convencer”?
¿Puede tener una sana intención de transmitirte el valor de aquello sobre lo cual te quiere convencer?
Pienso que ¡Seguramente!, sin embargo, “convencer” suele generar una respuesta de rechazo y de ponerse a la defensiva.
“Persuadir”, por su lado, indica “recomendar con palabras suaves”, ya que “suadere” alude a “sensible”.
Lidera desde la línea delantera – pero no dejes tu base atrás. (Cuando, siendo prisionero, negoció con el gobierno, tuvo que persuadir a sus seguidores para mantener su confianza). Esta es la segunda regla de Madiba (Nelson Mandela)
Entre los mayores logros de Nelson Mandela, está el fin del Apartheid. Y todo lo hizo persuadiendo, no convenciendo.
Persuadir respeta, convencer, no.
Persuadir es suave, convencer es duro.
Persuadir es “inducir” a algo. Convencer es “obligar”.
Acciones del persuadir.
Motivar persuade. Las personas no quieren ser seguidores, sino discípulos, y para el líder este tiene que ser también el objetivo.
Empatizar para poder comprender al otro, conocer sus experiencias, entender sus valores y cultura, de los que provienen sus puntos de vista.
Influir con el ejemplo. No con las palabras sino con los hechos.
Hablar con un lenguaje productivo y adecuado.
La persuasión verdadera procede de poner más de usted en todo lo que dice. Las palabras tienen efecto. Las palabras llenas de emoción tienen un efecto poderoso. Jim Rohn
Cualquiera sea tu actividad y tu necesidad de destacar en ella, estas son las preguntas que necesitás hacerte:
¿Qué es importante para tu gente?
¿Qué es lo que valora?
¿Qué objetivos tiene?
¿Cómo le gustaría que te comunicaras con ella?
¿Qué esperan que vos soluciones?
¿Qué piensan que les poder dar?
Particularmente, creo que de todo lo compartido, lo más importante para persuadir es predicar con el ejemplo.
Una madre llevó a su hijo de seis años a casa de Mahatma Gandhi, y le suplicó:
- Se lo ruego, Mahatma. Dígale a mi hijo que no coma más azúcar, es diabético y arriesga su vida haciéndolo. A mí ya no me hace caso y sufro por él. Sé que a usted le hará caso, porque lo admira.
Gandhi reflexionó y dijo:
-Lo siento señora. Ahora no puedo hacerlo. Traiga a su hijo dentro de quince días.
Sorprendida la mujer le dio las gracias y le prometió que haría lo que le había pedido. Quince días después, volvió con su hijo. Gandhi miro al muchacho a los ojos y, con autoridad, le dijo:
- Chico, deja de comer azúcar. Te estás haciendo daño.
Agradecida, pero extrañada, la madre preguntó:
-¿Por qué me pidió que lo trajera dos semanas después? Podría haberle dicho lo mismo el primer día.
Gandhi respondió:
-Hace quince días, yo comía azúcar.
¿Convencés o persuadís?
Por el placer de compartir.