#359
Tú eres los demonios.
Tú eres la oscuridad.
Tu alma está en juego. Tu alma es la luz.
La disipación es la amenaza.
No claudiques la clave. Solo disúelvete.
La condenación está en ti. También lo está la salvación. Tú eres el príncipe de las tinieblas. También eres el príncipe de la luz. Ninguno de los dos puede ser expulsado de ti mismo.
Si quieres terminar con la dualidad, debes disolver tu cordura en el todo universal. No lo hagas hasta que estés listo, porque no hay vuelta atrás. Hay una tremenda diferencia entre la disipación de no hacer ningún esfuerzo, y la disolución que uno puede lograr como coronación de un acto espiritual.