A veces es realmente duro ser tan guay. Suena a tontería y a quejarse de vicio, pero no os podéis imaginar lo que cuesta tener que poner siempre una sonrisa ante halagos continuos. Pero no es eso lo peor de todo, lo realmente arduo es soportar la presión aquellos, insólitos eso sí, días en los que no te dicen nada. En esos momentos las inseguridades te acechan, un mar de dudas te anega, piensas ''En qué puedo haber fallado?!'', ''Acaso anda mi archienemiga Alexa Chung por aquí?'', ''Habrá pasado de moda esta bomber de lentejuelas con print efecto pangolín que me he comprado anteayer porque la he visto
en la vogue japonesa que me ha pasado mi amigo Hiroshi ya que no llegará a España hasta dentro de 2 meses?!''. Como veis, es difícil, y hay que estar hecho de una pasta especial. Pero para que se os pegue un poco, os dejo unas cosas tremendamente geniales que he encontrado y que son HAMOR.