Croacia ha sido uno de los países por descubrir en los últimos años. Ha permanecido escondida para turistas y visitantes por muy desgraciados motivos. La guerra de los Balcanes devastó los países de la antigua Yugoslavia, y el resto del mundo contemplaba a Europa del este, desolado ante la violencia y masacres de la guerra a raíz de la disolución y segregación de Yugoslavia.
Terminado el conflicto, Croacia se nos descubre como un país de gran belleza natural. Con alto atractivo por sus rasgos más conocidos: aguas turquesas, sus cientos de islas, parques naturales, ciudades y construcciones declarados patrimonio de la humanidad, el contraste más evidente entre grandes montañas y mar, o su clima templado mediterráneo en las zonas de costa.
La primera vez que pisé Croacia hace 4 años, me inauguré en una de sus ciudades emblema, Dubrovnik. El tiempo allí voló y mi cabeza pedía a gritos volver. Este verano he tenido suerte y he podido sacar mi “espina”; he vuelto a pisar tierra croata para descubrir los alrededores de la perla del Adriático.
El post de hoy está dedicado a descubriros una muy pequeña parte de este país y, quizás, la que está más de moda: la costa del sur de Croacia. A modo de guía de viaje os contaremos cómo organizar en 7 días una de las muchas rutas que hacer y algunas de las mil posibilidades que ofrece Croacia.
RESUMEN DEL VIAJE
Aunque comenzamos nuestro viaje unos días antes en Barcelona y desde allí tomamos el vuelo a Split, vamos a omitir esta parte para dedicar próximamente un post completo a la ciudad condal ;)
Hemos enfocado el viaje desde el descanso y la tranquilidad que tanto nos faltan el resto del año. Hemos recorrido los menos de 250 KM que separan Split de Dubrovnik y nos hemos escapado a las islas cercanas a Split, abarcando por tanto en nuestra ruta los siguientes destinos:
1. Split
2. Hvar, Bisevo, Vis, Palmizana
3. Brela
4. Orasac
5. Dubrovnik
¿CÓMO MOVERSE POR CROACIA?
Para desplazarnos cómodamente entre los destinos elegidos, nada mejor que el coche. Ya sabéis que para gozar de libertad a la hora de ir completando las etapas del viaje, esta es la única alternativa. Los autobuses, aunque también son una opción, os limitarán las horas de salida y por supuesto, esas paradas aleatorias a lo largo de la ruta que pueden enriquecer tanto vuestro viaje :)
¿Qué hacer con el coche en las ciudades y destinos?
En nuestro caso solo nos “comimos” el coche en Dubrovnik, pero nos lo podríamos haber montado mejor. Ahora que hemos aprendido la lección, atentos. Si seguís nuestras recomendaciones, os ahorrareis problemas y disfrutareis más del viaje.
Dado que los dos primeros días en Split (uno dedicado al centro histórico y otro día dedicado a las islas) no será necesario el coche, no tendréis problema de aparcamiento. El tercer día debéis recoger vuestro coche de alquiler. Nosotros lo hicimos con Fleet y recogimos el coche en la oficina que tienen en el Hotel Radisson de Split.
En Brela, Orasac y demás paradas que deseéis hacer a lo largo del viaje, no os resultará complicado aparcar el coche.
Sí lo va a ser por el contrario en Dubrovnik. Os desaconsejamos totalmente aparcar cerca de las murallas. El precio es disparatado, un autentico abuso para el visitante. Como es de esperar, conforme nos vamos aproximando a las murallas, el precio del parking se encarece: 40 kunas/hora en el parking más cercano, y 20 kunas/hora o 280kunas/días en un parking a 800 metros de distancia de la ciudad antigua (y ojo, que este es el segundo más cercano). Además no son 800 metros lisos; no, son 800 metros de escaleras… Así que implanteable trasladar maletas si os alojáis dentro de las murallas. A este respecto, aprended de nuestra experiencia y alojaos fuera de las murallas, incluso a algunos Km de la ciudad, donde podáis aparcar fácilmente y sin coste adicional. Luego podéis desplazaros en bus hasta el centro de Dubrovnik. Hay lineas regulares de autobuses interurbanos.
¿Nos perderemos si no llevamos GPS?
Hay dos opciones para llegar a Dubrovnik desde Split: (1) o bien tomar la autovía A1 (el tramo de la dalmacia es muy reciente, se retomaron las obras años después de finalizar la guerra) si lo que se busca es rapidez, (2) o bien dejarse caer por la carretera de la costa, la D8, para “perder” el tiempo en una más larga travesía pero eso sí, acompañada de impresionantes vistas y un paisaje natural aun intacto, consecuencia de la trágica historia.
Nosotros optamos, sin dudarlo, por la costa, la calma, el mar y la montaña en el horizonte. Y tranquilos, es prácticamente imposible perderse. Desde el centro de Split tomad dirección norte para tomar la D8, está relativamente bien indicado. Y una vez ya en ruta, cada pueblo está señalizado. Hay poca oportunidad para perderse, sólo si uno quiere ;)
LO QUE NO DEBEIS OLVIDAR
A modo de check-list:
- Carnet de conducir
- Pasaporte
- La moneda Croata es la Kuna. Preparad bolsillos ya que las ciudades y pueblos que concentran el turismo, pueden llegar a ser realmente CAROS!
- Cámara. Haréis fotos increíbles a lo largo del viaje
- Y lo que más vais a agradecer en el viaje…. ZAPATILLAS DE GOMA! sin ellas os va a resultar tragicómico el adentraros en muchas de las playas.
ALOJAMIENTO EN RUTA
Nosotros salimos de España con los deberes hechos, y todos los alojamientos ya cerrados. Sin embargo, para los rezagados o perezosos, existe la alternativa de hacerlo sobre la marcha, en ruta. Veréis a lo largo del recorrido en coche, por la carretera de la costa, que son muchos los anuncios de apartamentos y alojamientos disponibles.
1. SPLIT
Después de Zagreb, es la segunda ciudad más poblada del país, y la capital de la Dalmacia. Pero además, puede presumir de su núcleo histórico, declarado por la UNESCO patrimonio de la humanidad.
¿Cómo llegar al centro de Split desde el aeropuerto?
Hay dos opciones, para desplazaros hasta el centro histórico de Split. Bien podéis optar por los siempre poco económicos taxis, o bien tomar uno de los shuttle bus. Esta es la opción cómoda, rápida y barata, teniendo en cuenta que el aeropuerto de Split está a 24 KM. Os costará 30 lunas por persona, y en unos 35 minutos esteréis a unos pasos del Palacio Diocleciano. Así que, según salgáis del aeropuerto, a mano derecha y bajando encontrareis los autobuses y las taquillas para comprar el ticket. El autobús os dejará en el puerto, pero tranquilos, está a tan solo 8 minutos andando de la ciudad antigua.
¿Qué hacer en Split?
- Recorrer el Palacio Diocleciano:
Dejareis atrás el bullicio del puerto, del pequeño paseo marítimo, para después adentraros en la animación del Palacio Diocleciano. Su construcción se llevó a cabo durante el Imperio Romano, concretamente bajo mandato del emperador Diocleciano (de ahí el nombre), pero con el paso del tiempo, la historia y las civilizaciones, el palacio pasó de ser el lugar de retiro del emperador, a acoger a los habitantes de la ciudad, e ir cambiando su fisonomía, al adaptarse a las necesidades de sus habitantes.
Entre sus murallas descubriréis el entramado de calles, un recinto laberíntico que os llevará sin querer de una plaza a otra y de un rincón a otro. En su interior se esconde: (1) el mausoleo de Diocleciano, (2) el templo de Júpiter, (3) el peristilo, muy animado en las noches de verano, (4) o su museo arqueológico.
- Recorrer el paseo marítimo al anochecer
Tanto en su extremo este como en su parte más oriental, siempre es una zona con mucha vida y animación. Y el hecho de que varias entradas al palacio tengan acceso desde este paseo, son definitivas para explicar lo concurrido que está siempre. A su vera han aflorado restaurantes, comercio, puestos callejeros, y demás actividades de ocio.
- Dar un homenaje al paladar:
No os dejéis caer por los restaurantes dentro del palacio, ni tampoco por los del puerto. En relación al precio que vais a pagar, no saldréis excesivamente contentos. Nuestra recomendación es que elijáis alguno de los restaurantes que están al oeste del núcleo antiguo, en dirección al monte Marjan. En la calle Senjska y sus aledañas encontrareis muchos lugares donde comer o cenar. Es muy popular el Buffet Fife, en la calle Trumbićeva 11, en la parte oeste del puerto. Nosotros no llegamos a probarlo debido a la cola que había formada a la puerta. Las reseñas sobre el restaurante son controvertidas, unos lo aman, otros lo odian (si alguno lo ha probado, que nos cuente aquí su experiencia).
Para los más amantes del dulce (me incluyo!), encontrareis multitud de heladerías por todo el palacio y alrededores. Incluso un puesto de zumos naturales y cocteles con mucho ambiente en la plaza Hermanos Radic.
- Subir hasta el parque Marjan:
No podeis abandonar la ciudad sin antes haber subido hasta el monte Marjan. Hay un mirador orientado a oeste y desde allí, la panorámica sobre la ciudad vieja y sobre el puerto, es la mejor con gran diferencia. Si subís por la noche, hay además un local con terraza, perfecto para tomar algo tranquilamente después de cenar.
2. HVAR, VIS, BISEVO Y PALMIZANA
¿Cómo llegar a ellas?
Son las islas más cercanas a Split. Las opciones para llegar a ellas son básicamente 2: contratar una excursión en barco para poder visitarlas en un día de manera muy intensa, o ir en ferry. En caso de optar por la segunda opción, tened en cuenta los horarios, que no salen ferrys todos los días… Jadrolinija es una de las compañías más conocidas. Podeis ver rutas, horarios y precios en su página: http://www.jadrolinija.hr/en/home
En esta ruta nosotros tomamos la opción de la excursión en barco ya que no disponíamos de muchos días y no queríamos dejar Croacia sin haber puesto el pie en sus islas.
Consejo!! dad una vuelta por el puerto de Split. Hay múltiples stands de agencias que organizan estas excursiones. Si os hacéis los remolones, podéis conseguir mejor precio del que inicialmente marca la excursión (la nuestra salió por 85€, pero los expertos regateadores aseguran que por 70€ puede hacerse ;) ).
Isla de Bisevo
Fue la primera parada. Es un diminuta isla cercana a Vis, de mayor tamaño y desde luego, mayor población. Era uno de nuestros objetivos ya que es poseedora de uno de los fenómenos naturales más hermosos. Su cueva azul es el gran atractivo.
La entrada en la cueva no es fácil, pero una vez dentro, os quedareis sin palabras. La claridad y luz del sol se filtra al interior de la cueva desde el fondo ya que las paredes no son profundas, y refleja después en las paredes de piedra caliza. Durante las horas centrales del día (11am- 14pm) la luz azul de la cueva es más intensa y el fenómeno de mayor intensidad. Es un IMPRESCINCIBLE.
No se puede llegar a la cueva en grandes embarcaciones. Es necesario hacer un “transbordo” y tomar unos pequeños botes, de 8 personas como máximo. La lástima de ir en verano es la aglomeración y lo llena que está la cueva de balsas y botes. Por lo demás, impresionante.
Isla de Vis
Si teneis suerte y vais en tiempo, vuestra embarcación os llevará a dos puntos muy peculiares de la isla: la playa de Stiniva y la Cueva Verde. Stiniva es una de las muchas “playas postal” de Croacia, pero quizás no tan conocida como la de Zlatni, en Brac, o Punta Rata, en Brela. La de Stiniva es una cala escondida, casi encerrada por acantilados. Por su parte, la llamada Cueva Verde es una gruta en la que la luz del sol se filtra como lo haría en cualquier otra gruta, en este caso a través de dos grandes oquedades en las paredes.
Isla de Palmizana
Hay personas con visión de futuro y capaces de ver grandes oportunidades donde otros no ven nada. La familia Meneghello, que compró la isla hace más de 100 años par convertirla en un paraíso donde pasar un tiempo de descanso y desconexión, podríamos catalogarla dentro de este tipo de personas, no es cierto? Es una isla muy muy muy pequeña, cercana a Hvar, donde la naturaleza en estado puro es la nota dominante.
La embarcación os dejara en el diminuto puerto de la isla, probablemente a la hora de comer, pero nuestra recomendación es que no os paréis en los restaurantes de la playa. Tenéis que dejar atrás la playa, el puerto, y subir por el sendero que se abre entre la vegetación. Es el restaurante Meneghello. Comida auténtica, sabores naturales, casera y a buen precio (entrantes, dos platos principales, bebida y café, 190 kunas). Tiene una terraza muy agradable en la que disfrutar de la sobremesa con un espléndido cafe.
Isla de Hvar
La última parada del recorrido os llevará a Hvar, concretamente a su parte suroeste, a la capital de la isla. Allí encontrareis uno de los enclaves estratégicos de la isla, su Fortaleza Española, construida en el s. XVI gracias a la ayuda de ingenieros españoles. La entrada solo os supondrá 30 Kunas. Sin embargo, subir en pleno mes de agosto, como fue nuestro caso, os resultará más costoso. Eso sí, es una parada imprescindible del viaje, y os dará una buenísima panorámica de la ciudad.
Dejando atrás la fortaleza, os recomendamos que os perdais por las calles de la ciudad vieja de Hvar, y retoméis fuerzas en alguno de los rincones y cafés que empezarán a aflorar conforme os acerquéis al puerto. Con las pilas puestas, ya estaréis listos para ver la Catedral y la Plaza de San Esteban, y perreros por los puestos y mercadillos del puerto.
Si decidís pasar la noche en la isla dado que habéis optado por ir en ferry, a vuestro aire, os recomendamos que no os perdáis la otra cara de Croacia. Además de naturaleza y tranquilidad en estado puro, también podéis encontrar diversión, dj’s y buena música al atardecer, mojitos, y buen rollo al borde del mar. Este paraíso se llama Carpe Diem Beach Club y se esconde en una diminuta isla a pocos minutos de Hvar. Ellos mismos ponen a disposición de los clientes un servicio de desplazamiento desde Hvar hasta su isla cada 30 minutos desde el puerto.
3. BRELA
Salimos de Split con destino Brela con el objetivo de disfrutar de una de las más espectaculares playas de Europa, la playa de Punta Rata, que fue elegida por Forbes en 2007 como la 6ª playa más bella del mundo. Quizás porque nuestras expectativas eran demasiado altas, o tal vez por lo masificada que encontramos la playa,nos decepcionó. Lo que no quita que sea un lugar de parada obligada. El agua es absolutamente turquesa, limpia, es un lugar tranquilo y rodeado de naturaleza. Su paseo al borde del mar, a un lado, y la montaña, al otro no os decepcionará.
Además, uno de los buenos restaurantes de la costa, de esos que no se olvidan, está en Brela. Es el Galinac (http://www.konoba-galinac.hr). Puede resultar algo complicado de encontrar la priemra vez, y por eso el propio restaurante dispone de un servicio de transporte que os llevará cómodamente desde vuestro alojamiento hasta el Konoba Galinac. Con tan solo hacer la reserva os facilitan este servicio. El pescado y el marisco es lo más recomendable.
4. ORASAC
Dejamos atrás Brela en busca de un lugar cercano a nuestro última parada del viaje, Dubrovnik, y en el que poder seguir disfrutando del mar y la naturaleza. Cruzamos la frontera entre Croacia y Serbia. Y tras 10 Km más, volvimos a cruzar la frontera entre Serbia y Croacia, ya que Serbia se abre paso entre Croacia, logrando tener unos pocos kilómetros de costa. En Orasac hay bastante oferta de alojamiento y las playas y calas que encontrareis, igual de bonitas que las anteriores, están además menos masificadas en verano que las de Dubrovnik, Split o Brela.
Además de disfrutar un par de días de absoluto relax, podéis dejados caer por Trsteno para disfrutar del Arboretum, un complejo de arquitectura ajardinada muy particular. Se encuentra a tan solo 4 Km de Orasac.
5. DUBROVNIK
¿Qué hacer en Dubrovnik con el coche?
Como ya os hemos comentado, la recomendación es que os alojeis en las afueras y siempre fuera de las murallas. No solo por lo desorbitadamente caro que es aparcar el coche durante más de un día cerca de la ciudad vieja, sino por ahorraros el sufrimiento de acarrear maletas arriba y abajo por las infinitas escaleras que encontrareis en Dubrovnik.
Podreis desplazaros en los autobuses urbanos, que os dejarán a las puertas de las murallas, en la puerta Pile, una de las entradas más conocidas y la más transitada. Aquí encontrareis información de interés para desplazaros hasta la parte antigua de la ciudad http://www.tzdubrovnik.hr/esp/planiranje_putovanja_novost.php?id=1660&id_main=1660#.VBxjAKUlJEQ
¿Qué ver en Dubrovnik?
Tras los numerosos asedios y ataques que ha sufrido la ciudad a lo largo de la historia, a lo que hay que sumar el terremoto de 1667, que devastó gran parte de sus edificios, la ciudad es hoy una gran obra de rehabilitación y reconstrucción. Fue siempre una ciudad de gran riqueza comercial y ante todo, cultural. Es hoy Patrimonio de la Humanidad, y en nuestra guía de viaje os recomendamos:
- Recorrer las murallas:
Por 70 kunas podréis recorrer los cerca de 2000 metros de muralla y tener una visión deferente de la ciudad. Aunque es una experiencia altamente recomendable, no lo hagáis en las horas centrales del día. Mejor sin duda al final de la tarde (ojo, cierran a las 18:30) para poder hacerlo sin sufrir demasiado con el calor.
Hay varios accesos, pero el más fácil de encontrar es el que se encuentra nada más entrar por la puerta de Pile, a mano izquierda.
- Pasear por el interior de la ciudad vieja amurallada:
Las murallas actuales mantienen el trazado que fue definido en el siglo XIV y que La calle principal es la Placa o Stradun, a la cual se llega inmediatamente tras cruzar la puerta de Pile, la del Oeste. Al final de esta calle, de gran amplitud y suelos brillantes, llegareis a una plaza en la que confluyen la iglesia de San Blas, la columna de Orlando, la torre del reloj y el palacio Sponza, donde se encuentra actualmente el Archivo de Dubrovnik con documentos de gran valor histórico. Desde allí podéis continuar el recorrido para admirar la Catedral de Dubrovnik, seguir un poco hacia el sur-este y llegar a un pequeño patio escondido, con unos agradables huéspedes (una familia de gatos) y un vestigio del pasado, una curiosa guillotina. Si desandáis el camino podéis ver la Iglesia de San Ignacio de Loyola y su impresionante escalinata, para después tomar algo en las terrazas de la plaza Gundulićeva o del mercado. Podeis finalizar el recorrido en el Convento de los Dominicos.
Pero sobre todo, perdeos por sus calles, plazas y rincones.
- Tomar una cerveza local en el puerto viejo
Lo que en los orígenes de la ciudad fue un puerto comercial de gran importancia, es hoy en día un ir y venir de turistas y de pequeñas y muy pequeñas embarcaciones de recreo. Poder sentarse en una de sus terrazas para disfrutar de una agradable cerveza croata es uno de esos placeres que da la vida (y las vacaciones en particular).
Desde ahí veréis la fortaleza de San Juan, justo al borde del mar.
- Ver el atardecer en el Buza bar (I y II)
Si uno no lo supiera, nunca pensaría que tras las murallas hay un par de puertas que llevan a dos de los bares más conocidos de Croacia y, desde luego, los más particulares. Abiertos desde la mañana hasta la noche, y el mar está a solo un salto. Perfectos para darse un chapuzón entre trago y trago.
Y digo 2 bares, porque el primer Buza dio lugar al segundo, a tan solo unos metros de distancia.
Al atardecer están siempre muy concurridos, y os costará haceros un sitio.
Si os digo que están en la calle Kastela os vais a quedar igual, así que mejor os digo que para encontrarlos teneis que buscar la puerta en la muralla de la parte más al sur de la ciudad (si estás en el puerto viejo mirando al mar, es la muralla que queda a vuestra derecha). De hecho, si llegáis a la iglesia de San Ignacio de Loyola, en esa pequeña plaza que hay a la entrada, encontrareis algún cartel indicando el Buza bar.
- Cenar en Lady Pipi
Cuando lleguéis a este restaurante, comprenderéis el porqué del nombre. Y os encantará el lugar. No admiten reservas, está siempre lleno y con largas colas para esperar una mesa. Pero merece la pena. Lo más recomendable son los platos a la parrilla, ya sea la carne o el pescado. Además las raciones son abundantes. Un sitio para repetir, alejado del bullicio y los omnipresentes turistas.
Podeis encontrarlo en la calle Peline esquina con Antuninska. Para que lleguéis más fácilmente: entrando por la parte oeste, por la puerta Pile, dirigíos inmediatamente a la izquierda, ya que es la calle que limita con la muralla. Tras subir infinidad de escalones llegareis a la calle Peline. Una vez en ella, caminad unos cuantos metros al este, bajando la calle, para llegar a Lady Pipi.
- Parar en el mirador camino al aeropuerto
Cuesta decir adiós a una ciudad como Dubrovnik, pero si queréis hacerlo por todo lo alto, tenéis que hacer parada en un pequeño mirador (realmente es un pequeño ensanche de la carretera de doble sentido que os llevará al aeropuerto), a unos 4 Km del centro de la ciudad vieja. Desde este mirador es de donde se han hecho muchas de las fotos que veréis en postales, cuadros y guías de Croacia.
Keep on the road!