Costa Rica: Bri-bri, punto de encuentro de culturas

Por Lasnuevemusas @semanario9musas
Sibö, el ave divina que sembró la vida en la "Tierra donde las montañas humean"

El dios Sibö creó de maíz a los indígenas bri-bri en el Sur de Costa Rica. Él había traído esas semillas cuando todavía no existía la luz en este Mundo. Cuando los otros espíritus vieron el maíz, sintieron la tentación de comérselo. El ave Sibö ya no podía dejar descuidada la canasta donde guardaba sus semillas. Tenía que vigilarla hasta que pudiera convencer a los espíritus de que no se la robaran.

Abeblu, una criatura maliciosa, logró robar la canasta con el maíz del dios Sibö y se la tragó entera. Pero la canasta tenía una cuerda atada a un pedazo de madera, el cual -al tragársela él- se le quedó pegada en la garganta. Entonces, el acongojado Abeblu, se acostó en su hamaca para tranquilizarse. El ave divina Sibö se presentó fingiendo que no sabía nada y le dijo a Abéblu:

- "Pasado mañana, quiero que me invites a beber chocolate de tu árbol de cacao, servido en dos jícaras de tu jardín. Una será para mí y la otra para ti."

El espíritu malicioso, con la ayuda de sus familiares, hizo lo que Sibö le había pedido, y luego el dios-ave sopló tres veces sobre la jícara con el chocolate que le correspondía y se la ofreció al ladrón. Cuando Abeblu bebió, sacó un terrible sonido de su estómago y entonces se escuchó la frase:

- "Makla le y le yewayö",

que significa:

-"¡Qué cosa más extraña! Tal vez me haya tragado algo sagrado."

Inmediatamente después, su vientre se abrió violentamente y salió la canasta con el maíz.

Los familiares de Abeblu, enojados por su muerte, se empeñaron en buscar a Sibö para comerle su maíz. El dios de las semillas, entonces, se transformó en un anciano desagradable y escondió el maíz. Después, volvió a transformarse en un ser resplandeciente, y ascendió al cielo con la canasta. Los espíritus malignos le preguntaron al anciano feo si había visto al dios Sibö. El dios transformado les enseñó en el cielo su segunda forma -la hermosa- y así les engañó, enviándolos a otro planeta, desde el cual nunca podrían regresar.

En fin, los buenos espíritus ayudaron al dios del maíz -al halcón Sibö- a sembrar sus semillas, de las cuales brotaron los indígenas aoyaque y urinama que viven en Alta Talamanca de Costa Rica. Sibö llamó a esa gente "dtsö" que significa "semillas". También les dio el nombre de "skawak" que en la lengua chibcha es "Soberanos del Lugar".