Me encanta el cous cous, casi de cualquiera de las maneras que se pueda preparar. Un plato de cocción lenta, esmerada y aromática, ideal para servir al centro de la mesa y compartir con amigos. Admite casi cualquier ingrediente, y es muy sencillo de preparar, solo requiere un poquito de esmero y un rato de dedicación, lo demás se lo dejamos a la magia del fuego y la cocina. Llevaba mucho tiempo queriendo preparar un cous cous vegetariano, y creo que esta receta ha sido una gran elección, verduras de temporada y unas cuantas especias nos han dado un caldo delicioso con el que acompañarlas. La receta? Muy fácil, apunta.
INGREDIENTES
250 gr. de sémola de trigo.
1 Membrillo.
1/2 Calabaza violín.
3 Zanahorias.
1 Calabacín.
2 Ramas de apio.
1 Bulbo de hinojo.
1 Cebolla.
Un manojo de cilantro.
3 Cucharadas de aceite de oliva.
500 ml. de caldo de verduras.
1 Cucharada sopera de ras al hanout.
1 Pizca de canela.
Sal.
- Troceamos el apio. pelamos y cortamos en tacos la calabaza. Cortamos el hinojo y la cebolla en en juliana. Pelamos y cortamos las zanahorias y trocemos el calabacín. Ponemos una cacerola grande al fuego con el aceite y salteamos la cebolla hasta que comience a dorarse. Añadimos la cucharada de ras al hanout y removemos bien. Seguimos friendo un par de minutos mas.
- Añadimos todas las verduras troceadas, mezclamos bien y mantenemos a fuego medio durante unos 5 min. más, removiendo bien para que las especias se repartan bien por todo. Cubrimos con el caldo de verduras, tapamos y dejamos cocinar unos 20 min. o hasta que las verduras queden tiernas. Pelamos y troceamos el membrillo y lo añadimos. Seguimos cocinando durante 30 min más.
- Retiramos del fuego y con cuidado, sacamos el caldo de la cacerola. En un cuenco hidratamos la sémola de trigo con el mismo volumen de esta que de caldo caliente y reservamos. Servimos las verduras con el caldo que nos ha quedado, espolvoreamos con un poco de canela, el cilantro picado y acompañamos de la sémola de trigo.
Un cous cous vegetariano con un sabor increíble, a pesar de creer que quedaría algo soso. He de reconocer que en casa nos ha encantado, repetimos y terminamos con todo, así que la receta ha sido todo un éxito que pienso repetir en más ocasiones. Me resultó ideal para tomar con invitados en casa, una preparación sana y estupenda con la que hacer disfrutar a nuestros invitados.
Un plato cocinado a fuego lento y con cariño, el ingrediente que, al menos, nunca falta en mi cocina. Os recomiendo que, si no tenéis couscousera como yo (aunque sería lo suyo) lo preparéis en una cazuela de hierro tipo COCOTTE resulta ideal para este tipo de preparaciones a fuego lento.
Siempre me había comido (para sorpresa de muchos) el membrillo crudo, me encanta el toque entre amargo y áspero que tiene, me gusta su forma arrugada y desigual, su color y quizá lo que menos, que anuncian el final del verano, aún así, en esta ocasión me he animado a cocinarlo, el resultado ha sido espectacular, el toque dulce ha quedado de maravilla con el resto de verduras de la receta, así que no dudéis en ponerlo, ya veréis que bien queda.