De panacea universal de los indios a moderno remedio casero.
Para los aborígenes americanos, los cranberries eran un alimento y una medicina todo en uno. Hace más de 300 años ya utilizaban las bayas para curar heridas y aliviar el dolor. Hoy en día las propiedades del cranberry son bien conocidas, en especial su capacidad para evitar infecciones de las vías urinarias, ya que estas deliciosas bayas poseen un cualidad que las hace únicas entre todas sus frutas.
Su efecto anti adherente convierte a los cranberries en algo único.
Imagina las dos partes de un velcro, como en los zapatos o las chaquetas. Si colocas un trozo de papel entre las dos tiras de nylon, las dos partes no se podrían unir. De esta manera se evita la adhesión. Este es el principio del efecto antiadherente de los cranberries.
Los cranberries contienen materiales vegetales, secundarios que disponen de una capacidad especial; evitan que las bacterias se fijen a la membrana mucosa. Esto es lo que hace que estas bayas sean únicas. El efecto antiadherente de las proantocianidinas (PAC por su abreviatura en ingles), hace que las bacterias E.coli fluyan con la orina, evitando así inflamaciones en la vegiga o los riñones.
Tan ricos y tan saludables
Los cranberries protegen la vejiga y el tracto gastrointestinal. Contienen taninos condensados que pueden evitar que las bacterias, capaces de provocar infecciones de las vías urinarias o determinadas enfermedades del estómago, se fijen en la membrana mucosa.
Los cranberries son ricos en oxidantes. Protegen las células somáticas de la agresión de los radicales libres, que pueden causar cáncer, diabetes, arteriosclerosis, enfermedades reumáticas y envejecimiento prematuro de la piel.
Una fruta saludable de moda
Los cranberries frescos contienen pectina. Si se cuecen con agua y se endulzan con azúcar, se puede conseguir una salsa semi espesa que es ideal como acompañamiento para carnes, verduras, postres.
El néctar afrutado del cranberry se puede beber puro, con agua mineral o mezclado con otros zumos o bebidas.
Si se guardan en un recipiente hermético bien cerrado a 18º C, las bayas secas se conservan un mínimo de un año. Los cranberries frescos se pueden conservar durante tres meses en el cajón para las verduras del frigorífico o bien congelados a -18º C durante un año.
Ideas para recetas
Salsa de cranberry
Ingredientes para 6 personas
- 350 g de carnberries frescos
- 200 g de azucar
- 150 ml de agua
- Piel de naranja
- Sal
Preparación:
Lavar los cranberries y verterlos en una olla con el agua, el azúcar y la piel de naranja. Remover constantemente mientras cuecen durante 10 minutos a fuego medio. Salar al gusto. Dejar enfriar.
Consejo:
Si no se dispone de cranberries frescos, utiliza cranberries desecados. en este caso, macera previamente los desecados durante unas horas en zumo de cranberry o de manzana. Ten en cuenta que 50 g de cranberries desecados equivalen a 100 g de cranberries frescos
Batido de frambuesas y cranberries
Ingredientes para 4 personas:
- 100 g de cranberries (arándanos rojos) desecados
- 300 ml de zumo de cranberry
- 150 g de frambuesas frescas
- 1 lima
- 150 g de kefir
- 2 sobrecitos de azúcar de vainilla
- Hojas de melisa, limón o menta para decorar
Preparación:
Cocer sin tapar los cranberries con el zumo durante 4-5 minutos. Dejarlos enfriar tapados durante 12 horas. Lavar la lima, rallar la piel y exprimir el zumo. Pasar las frambuesas por un colador. Colocar los cranberries con su jugo, la piel y el zumo de lima, el puré de frambuesa, el kéfir y el azúcar de vainilla en una batidora y mezclar a la potencia más alta. Verter el batido en las copas y servirlas decoradas con las hojas de melisa, limón o menta.
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Elizabeth Casas
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Julia Child ( California, 15 de agosto de 1912 –, California, 13 de agosto de 2004).
Chef, autora y presentadora de televisión estadounidense.
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