Mi amigo Carlos Fresneda publica en El Mundo una entrevista con el médico obstetra Michel Odent. El francés se hace preguntas como “¿Puede la humanidad sobrevivir a la medicina?”. Considerado por muchos como el padre del parto natural pone sobre la mesa un hecho incuestionable: la dependencia de la medicina desde el nacimiento.
Argumenta Odent que estamos neutralizando las leyes de selección natural y al interferir como lo estamos haciendo con la fisiología humana, estamos creando un mundo radicalmente nuevo.
Yo creo que estamos en el borde del precipicio, atrapados en nuestra propia trampa… Y el resultado es que las capacidades humanas, las que hemos ido desarrollando de un modo natural durante miles de años, se van a volver más y más débiles. Las mujeres están perdiendo la capacidad para dar a luz y para amamantar a sus hijos. Se están volviendo más y más dependientes de los médicos. Las técnicas reproductivas y la genética lo invaden todo. Lo que está realmente en juego es el futuro y la evolución de nuestra especie”, opina.
Odent ha trabajo para denunciar la medicalización de la infancia, de la cuna a la tumba. Es uno de los profesionales sanitarios que mas ha llamado la aatención sobre la tecnificación de nuestra llegada al mundo. Él está favor de una “ecologización” de nuestra manera de nacer.
Respecto al abuso en la utililización de la oxitocina sintética en los partitorios:
El sistema fisiológico para producir oxitocina se está debilidando y ésa es una hormona que afecta a nuestra vida sexual y a nuestra capacidad para socializar”.
Sobre el papel del hombre en el parto, Carlos le recuerda que antes había pregonado la importancia del acompañamiento de la mujer por su compañero pero por lo visto ahora los estudios dicen lo contrario; vaya, que ponemos nerviosas a las féminas y que más bien somos un estorbo…
Lo de la medicalización de embarazo, parto y puerperio no es nuevo pero va a más. Todos los ámbitos de nuestra salud, desde la propia fertilización, son hoy un negocio. Mi también amigo, el médico Juan Gérvas, publica un artículo que profundiza en todo esto: Parto seguro, parto en casa. Ciencia contra creencias. Así de contundente se muestra el galeno:
se le da información falsa [a la mujer que va a parir], en contra del parto a domicilio, por lo que es violencia obstétrica con agravante por ignorancia y/o por malicia. No se le dice que si es multípara y de bajo riesgo, el parto en casa es una opción que conlleva menos intervenciones que el hospital y con el mismo resultado”.
Como siempre Gérvas apoya su sano escepticismo sobre la medicina establecida en datos:
El National Institute for Health and Clinical Excelence (el NICE) es la agencia de evaluación del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido. En 2014, el NICE fue terminante: ‘Hay que explicar a la mujer embarazada multípara de bajo riesgo que el parto en casa es tan seguro como en el hospital, y conlleva menos intervenciones’ y ‘Hay que explicar a la mujer embarazada nulípara [sin experiencia previa de partos] de bajo riesgo que el parto en una unidad de matronas es tan seguro como en el hospital y conlleva menos intervenciones…y que el parto en casa conlleva un pequeño incremento del riesgo para el niño”.
Luego explica lo que es el “Museo de los Horrores en la atención al parto en el hospital”:
En España se hacen cesáreas al 25% de las mujeres contra, por ejemplo, el 15-18% en los países nórdicos. La Organización Mundial de la Salud recomienda en torno al 10%, y siempre menos del 15%. En España, hay más cesáreas cuantos más ginecólogos-obstetras tiene el hospital”.
Se dan más en hospitales privados pese a atender a partos de menor riesgo.
En España los partos instrumentales (aquellos que acaban en fórceps, ventosa o espátulas) son el 15% del total contra, por ejemplo, el 5% en Letonia. En la Comunidad Valenciana, en 2012, fueron el 37% en privado y el 18% en público. En Cataluña los hospitales con baja actividad en partos son más intervencionistas y tienen casi el 50% de partos instrumentales.
En España la episiotomía se hace según regiones y hospitales; en 2009, en el 34% en Murcia y el 66% en Galicia; dentro de Asturias, por ejemplo, en el Hospital Central se hacía en el 90% de los casos, contra el 8% en el Hospital de Jarrio. Lo privado tiene más actividad; por ejemplo, 72% contra 58% en la Comunidad de Valencia. La media en Dinamarca fue del 5%.
En España, la inducción al parto es también muy variable. En la Comunidad Valenciana fue del 33% en lo privado y del 25% en lo público. La recomendación de la Organización Mundial de la Salud es que no pase del 10%”.
Nos pasamos pues en todo lo no recomendable y el parto hoy es menos humano. Urge pues humanizar el embarazo, el parto y la crianza. No se trata de sacar todos los partos de los hospitales. Sí de informar más y mejor. De dejar atrás creencias y apoyarse en datos porque hay muchas mujeres que están en condiciones de parir en casa acompañadas por una matrona con seguridad y menos intervenciones (y por tanto con menos riesgos).