Debemos asegurarnos cuando ponemos los huevos de gansa bajo la gallina que no lleve muchos días empollando, ya que estos tardan hasta 36 días en empollarse, frente a los 21 de las gallinas.
Durante las última semana de incubación se retiran los huevos a diario de debajo de la gallina y se humedecen en agua templada (las madres gansas se humedecen, pero las madres adoptivas gallinas no). El día que los huevos empiezan a resquebrajarse, se los empapa bien.
Cuando ya han nacido los polluelos, durante las dos o tres semanas hay que alimentarlos bien con pan mojado en leche. Si consideramos que el lugar donde están es seguro, se les puede dejar pasear en libertad. Cuándo los polluelos no necesiten más a la madre adoptiva, les dejará y empezará a poner nuevamente.
Aunque son aves fuertes y fieras, los gansos son vulnerables a dos enemigos: las ratas y los zorros. Las ratas arrebatarán los huevos de la gansa de debajo de la gallina o gansa que los incuba y matarán a los polluelos siempre que tengan ocasión; hay que envenenarlas y evitar que tengan guaridas y gasear sus madrigueras.
Los zorros aprecian a las gansas. Siempre que puedan, arrebatarán a una gansa que esté empollando. Si hay zorros en la zona debemos colocar a las gansas en un lugar inexpugnable a los zorros. Los gansos adultos que deambulan en libertar consiguen frecuentemente protegerse de los zorros, pero aún así siempre se pierde alguno.
Los gansos viven en pareja de por vida.