Hay quien vuelve a casa por Navidad, hay quien se dedica a ponerse hasta las cejas de alcohol en Nochevieja, estamos los que decidimos madrugar para ver el concierto de año nuevo y también los que nos levantamos un uno de enero y nos decimos "año nuevo, post nuevo".
Hace varios meses (cerca de dos años ya), publiqué un post comentando que había empezado la que para muchos es la obra cumbre de Bernard Cornwell: la trilogía de las Crónicas del Señor de la Guerra, pero no fue hasta ayer que pude terminar la lectura de la trilogía, cerrando, en una suerte de vis poética, el año junto a "Excalibur".
La trilogía, como en su día comenté, nos cuenta la historia del Rey Arturo desde un punto de vista que, como las películas de Antena 3 de los domingos, se basa en hechos reales -o en hechos deducidos con base en una reconstrucción histórica, ubicándose la acción en la "época oscura" postromana, previa a la invasión sajona de Britania, de la que no quedan demasiados registros históricos-. La genialidad de Cornwell facilita enormemente meterse de lleno en la historia, destacando las batallas y la agradecida ausencia de farfolla. Los personajes están genialmente construidos y su evolución hace que se pase de querer a un personaje, a quererlo muerto.
Los libros son de lectura rápida, aventuras y mucha acción, entrarían dentro de la categoría de novela histórica. Otro punto a destacar es que la historia no pierde fuerza ni intensidad, el tercero, pese a ser el último no deja de ser movido desde el principio, con dos batallas tremendas: la de Mynydd Baddon y la de Camlann. Eso sí, reconozco que he tardado más de la cuenta en acabarlo, pero más por la pena que me daba ver que todo se iba a acabar en breve que porque el libro lo mereciera -hay que tener en cuenta que sabía el final, como cualquiera que se haya informado mínimamente sobre la leyenda del señor de Camelot, por lo que no tenía esa necesidad de devorarlo para llegar al final y me lo he tomado más bien como una despedida pausada-
En resumen: una de las mejores lecturas que recuerdo en los últimos años fuera del género que suelo leer últimamente, novela negra y aventura fantástica. A la novela histórica le tengo un cariño muy especial -el primer libro que me enganchó a la lectura fue Sinuhé el Egipcio allá por el año 96-, y, por desgracia, es un género del que "tiro" muy poco. Habrá que cambiar de registro más a menudo para dejarse sorprender y maravillar con otro paseo por la historia. No os puedo garantizar que os gustará, pero sí os recomiendo su lectura.
NOTA: 9.20/10