La atención a crónicos está de moda. Es época de congresos (que casi se solapan), declaraciones, estrategias en cada comunidad autónoma, planes, discursos, documentos, jornadas... Todos quieren hablar de crónicos, todos se saben la pirámide de Kaiser, pero todavía pocos se atreven a resumir los pasos esenciales del modelo de crónicos en pocas líneas. Quizás porque el modelo sigue difuso mientras no se pase a la acción, y en todos los centros empiecen a cambiar los procesos y los protocolos y los adapten a esa nueva realidad.
Pero por otra parte, a veces da la sensación que el modelo de atención a pacientes crónicos es el nuevo tesoro del sistema, alrededor del cual pivota el dinero. La industria quiere participar en el modelo de crónicos, las sociedades científicas, los colegios y también la sanidad privada. Sin embargo, olvidamos que el compromiso con el sistema sanitario y con la salud de la población implica estar en todo, sin necesidad de recordarlo y de salir constantemente en la foto.