Croquetas caseras

Por Maggie
¡Buenas! Casi casi acabamos el mes (nooooooooo, que este Febrero trae 29) y la receta que os traigo hoy era una de mis asignaturas pendientes desde hace mucho tiempo. ¡Por fin me he quitado la espinita!
Hace un par de semanas estuvo por aquí de visita mi prima Mar que, más que prima, es como si fuera mi hermana. Muchas ya la conocéis porque es una incondicional del Reto Cocina Regional Italiana y es una gran cocinera a la que hemos pedido, en mil ocasiones, que abra un blog ¡ya! y nos permita disfrutar de sus recetas jajajajaja.
Bien...pues aprovechando que estaba por aquí nos metimos en la cocina y le pedí que me enseñara a hacer sus croquetas caseras. Yo lo había intentado en varias ocasiones sin resultados positivos así que me puse mano a mano con ella para ver donde estaba el secreto jajajajaja. ¡Gracias guapa!
Las que hemos hecho aquí son de pollo pero es obvio que se pueden hacer de lo que queráis. ¡Y si es con resto del cocido mejor aún! Lo importante es tener un buen caldo y, si no se tiene, se prepara en un momentito.
Ingredientes para el caldo: 1 puerro; 1 zanahoria; 1 patata; 1 pechuga pollo; 500 ml agua; sal.
Ingredientes para las croquetas: 1 cebolla; pollo cocido (el del caldo); 5-6 cucharadas aceite; 4 cucharadas harina (y más para añadir); 1 vaso leche; 1 vaso caldo; sal; pimienta; nuez moscada; 2 huevos; pan rallado.
Preparación: En una cacerola poner el agua a calentar con la sal y añadir las verduras peladas y troceadas en grande y la pechuga de pollo entera y cocinar a fuego suave durante 1 hora. Colar el caldo y reservar. Picar el pollo y reservar.
En una sartén poner el aceite a calentar. Pelar y rallar la cebolla y sofreír en el aceite durante unos minutos. Cuando empiece a ponerse blandita añadir el pollo picado y salpimentar al gusto. Mezclar bien y añadir 4 cucharadas de harina y remover con una cuchara de palo. Añadir el caldo y la leche, sazonar con una pizca de nuez moscada y mezclar bien removiendo constantemente hasta que la bechamel empiece a espesar.
Y aquí viene lo bueno. Ir añadiendo cucharadas de harina, una a una, hasta que la masa se despegue de las paredes de la sartén y tenga una consistencia bastante sólida, como una torta. Yo he puesto como 4 cucharadas más.
Sacar la masa a un plato y dejar enfríar. Coger porciones con una cuchara y moldear en las manos primero una bolita y luego darle la forma de la croqueta haciéndola rodar entre las manos. Pasar secuencialmente por harina, huevo y pan rallado.
Poner abundante aceite a calentar en un cazo (yo lo prefiero porque así es más hondo) y cuando esté bien caliente freír las croquetas. Deben quedar doradas por fuera y cremosas por dentro.


Si preparáis muchas (aquí salen como unas 25) podéis congelarlas en un tupper.