Ester Artells
Ester Artells, es Portavoz de la Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios y cerebro exiliado, que no fugado.
A continuación, os muestro la carta que esta científica española, quien trabaja actualmente en Francia, remite a modo de reflexión, sobre las palabras del monarca español invitando a los jóvenes a regresar al país.
Adelante con ella y espero que resulte de tu interés.
Su Majestad,
Hace diez años conseguí una beca de la Fundación La Caixa que me permitió cursar el equivalente del actual máster en un laboratorio en Lyon (Francia). En la ceremonia de entrega de estas becas, usted comentó “lo que costaba educar a los hijos”. Y recuerdo que pensé que sí, que cuesta mucho, que qué afortunada soy, ya que gracias a las becas y trabajos temporales he podido terminar mi carrera y ahora me voy del país a continuar formándome. Durante el cóctel posterior, el entonces presidente de la Generalitat se interesó en mi formación indicándome que acababan de abrir el Centro de Investigación Genómica en Barcelona, con lo cual tenía un lugar más donde solicitar trabajo a mi vuelta…
Desde aquello, han pasado ya diez años. Tengo un máster en bioestadística y otro en genética, un doctorado en química y estoy especializada en proteínas que participan en la destoxificación de metales pesados. Actualmente vivo en Marsella, donde participo en el diseño de nanopartículas que no afecten a nuestros ecosistemas, en colaboración con empresas privadas.
Miro hacia atrás y veo cómo, durante estos diez años, las puertas del camino de vuelta eran cada vez más pequeñas hasta desaparecer. Mientras observo el mail que acaba de llegar indicándome que se está preparando la renovación de mi contrato en Francia, pienso que NO hay ninguna oferta para mí en la península desde hace tiempo. Justo después escucho que en la entrega de las becas de este año ha dicho usted que en mi país nos esperan con los brazos abiertos. Abiertos, sí, pero vacíos de trabajo.
Sólo puedo decir, mientras respondo al mail de mi renovación, que pueden sentarse y tener paciencia, porque, en lo que a mí se refiere, no tengo ninguna intención de volver a un país donde sólo se dicen palabras vacías, pero no se tiene la más mínima consideración por la investigación.
Lo mas irónico del caso es que hace 19 años, en la entrega de los Premios Nacionales de Investigacion Cientifica, en su discurso comentó que “es hora de que la sociedad estimule y acompañe con solidaridad ante el reto arriesgado y brillante que los científicos asumen con plenitud y vitalidad”.
Ciertamente, es hora.
Fuente: Es Materia.
C. Marco