En muchas ocasiones utilizamos los términos “balneario” y “spa” para hacer referencia a lo mismo: a un lugar donde se utiliza el poder del agua para acabar con el estrés, mejorar la salud, potenciar la belleza y gozar de unos instantes de máximo relax.
Pero, ¿cuál es la diferencia entre un spa y un balneario? ¡En Trucos de salud caseros te lo explicamos!
El balneario
Los balnearios son enclaves que disponen de aguas mineromedicinales cuya efectividad ha sido demostrada por diversos análisis.
Este aspecto convierte a estos rincones en los espacios ideales para aquellas personas que desean relajarse o someterse a diversos tratamientos de salud, muchos de los cuales pueden haber sido prescritos por un facultativo.
El spa
A diferencia de lo que ocurre en los balnearios, las aguas de los spas no son medicinales.
Sin embargo, estos centros también aprovechan las propiedades de la hidroterapia para ofrecer masajes con chorros, duchas térmicas, piscinas de agua fría y caliente, baños turcos, duchas escocesas, baños con hidromasaje o saunas.
Dos espacios diferentes con objetivos comunes
A pesar de que los balnearios cuentan con aguas medicinales que no tienen cabida en los spas, sí que es cierto que ambos poseen objetivos comunes, tales como activar la circulación, combatir el estrés, proporcionarle un aporte extra de energía y vitalidad al organismo, aliviar ciertas dolencias musculares, limpiar la piel y acabar con determinadas afecciones respiratorias.
Asimismo, también son capaces de proporcionarnos toda la paz y el sosiego que necesitamos para huir de los nervios y la ansiedad con el fin de gozar de una existencia placentera y feliz.