El proceso de envejecimiento normal se caracteriza por cierto grado de declive natural de diversas funciones cognitivas tales como la memoria, las habilidades visuoespaciales y la velocidad de procesamiento de la informaciòn.
Facundo Manes
Pero no toda afectaciòn de la memoria indica el preludio de una demencia. La mayorìa de los cambios normales que ocurren en la memoria como consecuencia del envejecimiento no interfieren con nuestras actividades diarias ni con nuestra calidad de vida.La pèrdida de memoria sì debe volverse preocupante cuando, de manifestarse en episodios aislados, se transforma en una traba para nuestras tareas cotidianas, nuestra vida familiar o nuestra actividad laboral..... Un factor esencial que debemos tener en cuenta para determinar si una pèrdida de memoria es normal o no es la frecuencia con la cual ocurren los olvidos. Puede ser normal olvidarse alguna vez de un turno mèdico que solicitamos semanas atràs, pero no olvidarse varios dìas de buscar a nuestro hijo a la escuela.
Es importante tener en cuenta tambièn que los problemas de memoria suelen ir acompañados de dificultades para orientarse en el tiempo o en el espacio. Seguramente, a todos nos ha pasado alguna vez no saber si es mièrcoles o jueves, o si es 12 o 13 de noviembre, lo cual no es inquietante. Lo que se considerarìa preocupante es olvidar el mes o el año en que estamos. Asimismo, resulta normal equivocar el camino cuando estamos yendo por primera vez a visitar un lugar desconocido, sin embargo serìa inquietante desorientarse en el barrio en el cual hemos vivido desde la infancia.
En aquellas personas que no presentan un proceso de pèrdida de memoria patològico, los olvidos suelen abarcar detalles irrelevantes o de poca importancia y no a la totalidad de los eventos que se quieren recordar. Esto significa, por ejemplo, que tales personas no pueden recordar el nombre de un actor o de un suceso especìfico dentro de la trama de la pelìcula que fueron a ver en un pasado pròximo, pero sì pueden recordar que fueron al cine y con quièn.
Tambièn es normal que, a medida que avanza la edad, las personas mayores necesiten màs tiempo para recordar ciertos eventos o sucesos, pero si se les diera el tiempo necesario y no se les presionara por una respuesta, seguramente podrìan recordar los mismos. Sin embargo, cuando la falta de memoria excede lo esperable, hay que alertar que la informaciòn se ha perdido y no aparece por màs que le demos a la persona más tiempo para recordar.
Asimismo, cuando los problemas de memoria no son serios, los pacientes suelen ser concientes de los mismos. El paciente suele quejarse de sus trastornos de memoria, pero sus familiares o acompañantes no los consideran importantes. Por el contrario, cuando el paciente no reconoce o niega sus dificultades de memoria, mientras que la familia las nota y las considera significativas, estamos frente a una probable señal de que los trastornos de memoria son más serios.
En sìntesis, ¿cuàl podríamos establecer como la medida justa que trazarìa la frontera entre lo que debe considerarse normal y no normal en el olvido? Como en muchos òrdenes de la vida, cada uno resulta ser la medida de sì mismo. Esto quiere decir que la evidencia màs importante de control o alarma a tener en cuenta para medir cuándo nuestro olvido es normal y cuàndo no es normal, resulta de una clara disminuciòn (o no) de la memoria presente comparada a còmo era unos meses o años atràs.
Facundo Manes: Director del Instituto de Neurologìa Cognitiva (INECO) y del Instituto de Neurociencias de la Fundaciòn Favaloro. Presidente del Grupo de Investigaciòn en Neurologìa Cognitiva de la Federaciòn Mundial de Neurologìa.
clarin.com, original de Facundo Manes