Los que trabajamos en el “front-sales” habitualmente viajamos con frecuencia. Claro está que no viaja igual, ni en forma ni en cantidad, un “Area Sales Manager” para Europa que un técnico comercial responsable para una comunidad autónoma, por ejemplo. Pero me permito la licencia de simplificar y generalizar al hablar de viajes para no añadir tedio a este post. A lo largo de mi carrera me he dado cuenta de que el estrés, entendido como el cansancio físico provocado por carga de trabajo, está muy relacionado con la rutina, y me considero afortunado de poder combinar trabajo de oficina y viajes de modo que rompo con la mencionada querencia y gestiono el estrés a base de cambiar las causas del mismo. O dicho de otra manera, he descubierto que a pesar de que la carga de trabajo pueda ser similar, el hecho de cambiar de tipo de estrés, por así decirlo, evita la rutina y permite gestionarlo mejor. No me malinterpretéis: disfruto de mi trabajo casi todo el tiempo, ya sea en la oficina o fuera, pero eso no quiere decir que no me canse. Seguro que entendéis perfectamente de lo que hablo si también estáis satisfechos o satisfechas con vuestra posición.
Pongo como ejemplo mi idea del nivel de estrés que tengo cuando estoy en la oficina y cuando me toca viajar, que es generalmente de martes a jueves. Suponiendo que 100% de estrés en las gráficas más abajo quiere decir el nivel de cansancio debido a la carga de trabajo habitual (es decir nada preocupante ni anormal), puedo describir el estrés a lo largo de la semana tal como sigue:
La gráfica (siempre cualitativa) del nivel de estrés cuando viajo es más favorable para mí porque soy capaz de combinar con semanas de oficina. Si tuviera que estar permanentemente fuera seguro que la cosa cambiaría. Es más me atrevo a decir en qué forma lo haría, sería tal que así:
Si viajara semana tras semana, sin paréntesis, estoy convencido de que me cansaría y el nivel de estrés estaría en el 100% desde el minuto uno. O de otro modo: la rutina, nuevamente e insisto, es lo que realmente creo que causa estrés. Es por eso que cuando las circunstancias me obligan a viajar más de dos semanas seguidas, o por el contrario a estar más tiempo de la cuenta en la oficina, trato de cambiar en la medida de lo posible la rutina, bien sea trabajando una hora en una cafetería, cambiar de hotel por otros que no conozco y poder así ver zonas de las ciudades desconocidas hasta el momento, etc.
“Si piensas que la aventura es peligrosa, prueba la rutina, es mortal” (Paulo Coelho).