Gluten en pequeñas cantidades
Antaño, nuestras abuelas acostumbraban a dar al bebé un trozo de pan o una galleta para que lo chupara. De este modo, el organismo del pequeño recibía cantidades muy pequeñas de gluten y su organismo lo iba aceptando. Una vez más, nuestras abuelas tenían razón y se está viendo que lo correcto sería dar al bebé lactancia materna o biberón hasta los 4 meses aproximadamente y, a partir de entonces, ir introduciendo una alimentación complementaria en la que aparezca el gluten en pequeñas cantidades progresivas y, a los seis meses aproximadamente, incluir las papillas de harina. Así lo corrobora un estudio publicado en el 2005 en la revista médica Journal of American Medical Association (JAMA) que concluye que el mejor momento para introducir la proteína es entre los cuatro y los seis meses, mientras que si se empieza a tomar antes de los tres meses multiplica el riesgo por cinco y después de los seis meses ya sería tarde para facilitar la inmunización oral. Actualmente, el proyecto PreventCD, llevado a cabo por nueve países europeos, entre ellos España, está tratando de averiguar si es posible evitar el desarrollo de la enfermedad estimulando la inmunización oral en bebés. En él, participan 1.000 bebés europeos de familias con padres, madres o hermanos con la enfermedad a los que se les añade un preparado especial con 100 miligramos de gluten entre los cuatro y seis meses de vida.
El papel de la lactancia materna
También se está estudiando el papel de la lactancia materna como protectora. Esta contiene linfocitos, que benefician el sistema de defensas del bebé por lo que, si se incluyen pequeñas cantidades de gluten durante la lactancia, la leche materna ejercería un efecto protector que facilitaría la tolerancia.
Asesoramiento: Dr. Jesús Sierrasesúmaga, Jefe del Servicio de Pediatría de la Clínica Universitaria de Navarra.
Fuente: guiadelnino.com