Aunque
se ha utilizado durante más de un siglo, el valor de la aspirina en muchas
situaciones aún no está claro. En la reunión de la Sociedad Europea de
Cardiología en Munich, un grupo de científicos de la la Universidad de Oxford en Inglaterra señalaron que "Si el paciente está sano, no vale la pena suministrarlo", esta aseveración se
desprende de un estudio donde dieron aspirina y placebos a 12,546 personas que
se pensaba tenían un riesgo moderado de sufrir un ataque cardíaco o un derrame
cerebral en una década debido a otros problemas de salud. Después de cinco
años, el 4 % había sufrido un problema
cardíaco, mucho menos de lo esperado, lo que sugiere que estas personas tenían
un riesgo bajo, no moderado. Los investigadores de Oxford luego indicaron
aleatoriamente a 15,480 adultos con diabetes tipo 1 o 2 sin historial de
problemas cardíacos, tomar aspirina, y 1 gramo de aceite de pescado, ambas
sustancias o pastillas alternadas con placebo todos los días. Después de siete años y medio,
hubo menos problemas cardíacos entre los usuarios de aspirina pero más casos de
hemorragia grave, por lo que en gran medida cambiaron un riesgo por otro. A los que tomaron
suplementos de aceite de pescado no les fue mejor que a los que recibieron cápsulas falsas, solo el 9 %
de cada grupo sufrió un problema cardíaco. La investigación no altera las
pautas sobre el uso de la aspirina o el aceite de pescado pero sugiere que solo hay que utilizarlos
para ciertos pacientes con insuficiencia cardíaca o que ya han sufrido un
ataque cardíaco.