España es el segundo país de la Unión Europea, detrás de Malta, con mayor porcentaje de niños obesos o con sobrepeso entre los 7 y los 11 años, según las conclusiones de un estudio presentado por la Comisión Europea a finales de 2010, que alertó de que la obesidad se ha convertido en una epidemia que afecta cada año a 400.000 niños más en los Veinticinco.
En concreto, el 9% de los escolares españoles sufren obesidad y el 33 % sobrepeso, frente a cifras inferiores al 20% en Francia, Polonia, Alemania u Holanda, según la “International Obesity Task Force” (IOTF). La obesidad, que no deja de aumentar cada año en España, es una de las principales preocupaciones para las autoridades sanitarias. Desde 1987 hasta 2006/2007, la prevalencia de la obesidad ha aumentado, en valores absolutos, 14,1% en hombres y 10,3% en mujeresi. Factores como la edad, la clase social, el sexo y el lugar de residencia parecen influir en la prevalencia de la obesidad.
Según las últimas cifras recogidas en la última Encuesta Nacional de Salud, en 2006, en España algo más del 17% de los adultos son obesos. Pero la obesidad infantil, que en esa fecha afectaba al 16,7% de ese grupo de población, aumenta con rapidez. Las tasas de obesidad en adultos en España son mayores que la media de los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), mientras que en el caso de los niños están entre las más altas de la organización. Este organismo prevé que la proporción de adultos con sobrepeso aumentará el 10% a lo largo de los diez próximos años.
Según las estimaciones, los gastos sanitarios relacionados con la obesidad en España representan el 7% del gasto sanitario total, cifrado en unos 2.500 millones de euros. Ante estas cifras, cada vez más preocupantes, se hace preciso el tomar hábitos saludables para no llegar a situaciones en las que nuestro peso se convierta en un factor condicionante de nuestra salud.
¿Qué son el sobrepeso y la obesidad?
El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. El índice de masa corporal (IMC) es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2). La definición de la OMS es la siguiente:
- Un IMC igual o superior a 25 determina sobrepeso.
- Un IMC igual o superior a 30 determina obesidad.
El IMC proporciona la medida más útil del sobrepeso y la obesidad en la población, puesto que es la misma para ambos sexos y para los adultos de todas las edades. Sin embargo, hay que considerarla a título indicativo porque es posible que no se corresponda con el mismo nivel de grosor en diferentes personas. El sobrepeso y la obesidad son el quinto factor principal de riesgo de defunción en el mundo. Cada año fallecen por lo menos 2,8 millones de personas adultas como consecuencia del sobrepeso o la obesidad. Además, el 44% de la carga de diabetes, el 23% de la carga de cardiopatías isquémicas y entre el 7% y el 41% de la carga de algunos cánceres son atribuibles al sobrepeso y la obesidad.
¿Cuáles son las consecuencias del sobrepeso y la obesidad para la salud?
Un IMC elevado es un importante factor de riesgo de enfermedades no transmisibles, como:
- las enfermedades cardiovasculares (principalmente cardiopatía y accidente cerebrovascular).
- la diabetes,
- los trastornos del aparato locomotor,
- algunos cánceres (del endometrio, la mama y el colon).
La OMS ha establecido el Plan de acción 2008-2013 de la estrategia mundial para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles con miras a ayudar a los millones de personas que ya están afectados por estas enfermedades que duran toda la vida a afrontarlas y prevenir las complicaciones secundarias, entre las que se encuentra la obesidad.
Cuando ya es difícil prevenir… y hay que curar
Son cada vez más las personas que ante situaciones críticas, donde su peso limita tanto su actividad física como su salud, optan por someterse a algún tipo de cirugía bariátrica. La cirugía bariátrica consiste en reducir, mediante distintas técnicas (principalmente la gastroplastia, el by pass gástrico y la banda ajustable), la capacidad del estómago. No se trata de cirugía plástica, pues pertenece al campo de la Cirugía General y Gastroenterológica, y son siempre intervenciones agresivas con el cuerpo, que sólo se deben llevar a cabo en casos extremos y siempre que hayan fracasado tratamientos anteriores menos invasivos.
Lo último: adelgazar mediante WiFi
Estos días se ha presentado un nuevo sistema, denominado sistema abiliti, mucho menos invasivo que las técnicas anteriores, que potencia la sensación de saciedad que un paciente tiene al comer o beber. Se instala mediante cirugía mínimamente invasiva en la pared exterior del estómago. A través de una cánula que alcanza el interior es capaz de detectar el momento en que el paciente ingiere algún tipo de alimento, sea sólido o líquido. Es entonces cuando se pone en funcionamiento y envía impulsos eléctricos de bajo nivel a la pared del estómago provocando su distensión y, como consecuencia, una sensación de saciedad antes de que éste se llene.
Es un espía que registra automáticamente en su memoria cuándo el paciente come, bebe o hace ejercicio.Por medio de una simple conexión inalámbrica (wifi), el médico y el paciente pueden ver los datos de consumo de alimentos y ejercicio, lo que les permite comprender a ambos los comportamientos del paciente y desarrollar estrategias eficaces para optimizar la pérdida peso, pues facilita la reeducación del paciente en lo que respecta a sus hábitos alimenticios. Finalmente, abiliti® hace posible que el médico pueda calibrar la intensidad de la neuroestimulación del estómago, ajustándola a la evolución del paciente mientras dura el proceso de adelgazamiento.
“Es una técnica menos agresiva, pues no altera la fisiología del estómago, como sucede con la banda ajustable y el bypass gástrico. Se puede realizar en régimen ambulatorio y presenta menos complicaciones postquirúrgicas. También la morbilidad es significativamente inferior a la banda gástrica, que obliga a muchas reintervenciones al cabo de uno o dos años y no exige el seguimiento de dietas complejas”, explica el Dr. Manuel Miras, jefe del servicio de Cirugía Digestiva de la Clínica la Luz.
Fuente: OMS, Encuesta Nacional de Salud 2006 y Diario Médico
Autora: S.López
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