La pre-ocupación medio ambiental todavía no veo que haga nada. El pasado domingo hice un poco de "ocupación" ambiental. Sembré cuatro árboles: un Almendro, un Aguacate y dos Mangos. Es una sensación deliciosa... ir al vivero, escogerlos, verlos ahí como perritos en una vitrina... firmes, dignos, erguidos y silenciosos; en realidad son pequeños retoños que ya quieren salir de sus bolsas y expandir sus raíces para cumplir a cabalidad su propósito.
Sí, habrá quien diga: ¡Pero un "minimalista" comprando árboles, consumiendo naturaleza! Y tiene razón. Tal vez debí conseguir las semillas, sembrarlas yo mismo... y esperar..., en todo caso creo que al final la madre Tierra no tiene paciencia ni tiempo últimamente. Aquí se trata de árboles "viables" decididos a crecer. Por eso agilicé el tema consiguiendolos con un cierto tamaño, especialmente el Almendro.
Ahora que lo pienso, la moda es adoptar perritos y gatitos. Cualquier cosa que se haga por las criaturas de Dios está bien, sin duda... ojalá también adoptáramos más árboles... por lo menos uno nuevo al año. Es en serio, los árboles son más independientes que los gatos y más agradecidos que los perros, y aunque no son tan buenos para "enmascarar nuestra soledad", por lo menos limpian y refrescan el aire que enrarecemos, embellecen las calles que recorremos, valorizan los barrios que habitamos y reciben el "pis" de los perritos que paseamos... los buenos árboles hacen tanto por nosotros... y nosotros tan poco por ellos.