Cuatro ideas para una pareja más unida

Publicado el 05 octubre 2014 por Lou Perez @louretrohw
Hay épocas en la vida de una relación donde cada uno comienza a ir por libre. La cabeza está en el trabajo, en el futuro, en la falta o el exceso de vida social sin tu ser amado, problemas familiares, personales, dramas pequeños y no tan pequeños y un sin fin de pensamientos, planes o preocupaciones que nos encierran en nuestro mundo interno y pueden llegar a desconectarnos de nuestra pareja.Te suena?

el vikingo y yo, hace dos veranos (selfie)


Ni soy psicóloga ni soy consejera matrimonial, pero estando en mi tercera relación y habiendo vivido prácticamente todos los problemas de pareja conocidos y por conocer, creo que puede ser de ayuda que comparta cuatro simples ideas que a nosotros nos ayudan y que tú puedes implementar en tu día a día.
Para mí sentirme unida al vikingo me da un ancla emocional, estabilidad mental y ganas de seguir trabajando para que el fuego no se apague.Nosotros no tenemos hijos, pero los ejemplos que voy a dar se pueden poner en práctica estando solos o con diez criaturas correteando, así que no hay problema.
Espero que os ayuden!
1. La comunicación es la primera máxima.

nosotros de charla en Oslo (foto por Caroline Aurora)


Y no sólo la comunicación sino qué tipo de comunicación. Hablar del presente, de cómo nos sentimos en el trabajo, de las dificultades que encontramos a nivel social, familiar, las practicalidades del día a día o esa pequeña tontería que te ha molestado esta mañana.Hablar del presente es importante para mantenernos centrados en el aquí y el ahora, porque eso es lo único que realmente tenemos: el momento presente.Escuchar de manera activa, no intentar solucionar los problemas del otro si no ha pedido ayuda, ofrecerla sí, pero comenzar a decirle al otro cómo debería afrontar sus dificultades a menudo estresa más que ayuda, ponte en su lugar... quizás sólo necesite poner sus pensamientos en orden.Hablar de un modo responsable: no es cuestión de quejarse del jefe, de criticar a un vecino o de apuntar las faltas del otro y de cómo te hace sentir que no esté a la altura de tus expectativas. Al final cuando hablas dices más de ti mismo que de las personas a las que te refieres.Agradece la charla, agradece que tu pareja quiera compartir contigo lo que sólo él vive por dentro y agradece que te dé la posibilidad de soltar lo que llevas dentro.A veces las conversaciones serán intensas, otras veces divertidas, pero siempre útiles si vienen con una motivación de compartir.
Ya sea al final del día, o en la comida del sábado, buscad el momento para hablar y no tengas miedo de decir: necesito hablar, la vulnerabilidad no es una flaqueza si no una muestra de valor.
2. Crear tradiciones

nosotros de paseo por Malmö (foto por Eduard Codina)


Las tradiciones no son sólo algo que se hereda, puedes crear las tuyas propias. Nosotros tenemos, de momento, tres tradiciones: Los sábados (que yo libro) le voy a buscar al trabajo en su descanso para la comida y nos vamos a comer a un restaurante Thai que hay cerca. Pero no sólo eso, me pongo toda mona para el evento! Le ayudo a desconectar del trabajo un momento, le veo durante el día y pasamos tiempo de calidad que, aunque es corto, es necesario.Los domingos cocinamos la cena a cuatro manos. Tengo suerte porque a este hombre le encanta cocinar y sabe un montón de trucos y de qué va con qué, qué especias usar, qué freir y qué hornear y mil cosas más. Aprendo un montón y es como hacer manualidades cuando eres peque, la misma idea.Y la última es que al menos una vez a la semana nos vamos de paseo, a caminar, como los viejos. Normalmente terminamos tomando el café en una terraza (ahora que aún hace bueno).Crear tradiciones nos une, nos hace tener un mundo privado y a la vez genera una especie de responsabilidad y disciplina, que nunca viene mal... ya me conocéis.Busca algo sencillo que os entretenga y os haga pasar un buen rato, quizás puede ser algo anual o mensual, pero convertidlo conscientemente en una tradición, os aseguro que es muy uniente.
3. No hacer grandes promesas

Paseando por el archipiélago de Estocolmo (foto de Emily Frick)


Porque acciones son amores, o como se diga y que las palabras se las lleva el viento y todo eso.Que al final si prometes que vas a hacer algo y luego por lo que sea no lo puedes hacer o te has olvidado acabas generando frustración en ti mismo y en la otra persona si el tema se repite mucho.No hablo de cosas momentáneas como llamar a tus padres para organizar una comida o bajar la basura, hablo de las promesas que empiezan con un "a partir de ahora..." o "nunca más...".Cambia la fórmula por "voy a intentar" o "a ver si consigo", no es por quitarte responsabilidad, la intención de cumplir es la misma, pero no generas desconfianza a la larga ni frustración porque no cumples. Además es más sincero y menos drástico. Ponerse metas inamovibles nunca ha sido buena idea.
4. Compartid nuevas experiencias

Visitando Siurana (foto de Eduard Codina)


Visitar exposiciones, hacer rápel, volar en globo, comer algo rarísimo que nunca habíais probado antes. Ir al cine, al ballet, a la ópera o al parque de atracciones. Construir un mueble que no sea de IKEA, aprender a bailar salsa o a hablar chino. Atender cócteles pijos o reuniones anti-sistema, ver la puesta de sol o la aurora boreal, las olas rompiendo en un acantilado o una bandada de pájaros dibujando figuras en el cielo.Maravillarse por las cosas sencillas, arriesgarse a lo desconocido o perderse en lugares totalmente nuevos.Generad recuerdos y estad presentes mientras ocurren, es magia, os lo prometo.

Nosotros, no haciendo nada (foto de Eduard Codina)


Espero que este post os haya inspirado un poco, que no tengáis miedo de proponer cambios si creéis que vuestra relación puede mejorar. Ser sincero con uno mismo y hacer las cosas por amor, desde el corazón, no por mí sino por los dos, no sé si me explico.Porque le quieres, porque quieres quererle bien y porque los momentos felices son los que se comparten a conciencia.
Feliz domingo!