René Higuita y la corrección de sus pelos.
En todas partes encuentro consejos de imagen para mujeres, pero los hombres estamos bastante abandonados. ¿Qué hago yo con mis pelos? ¿Me dejo barba o me la afeito? ¿Me rapo la cabeza o me dejo perilla? Saludos de Andrés desde Salamanca. Hola Andrés, pues es verdad, aunque cada vez en menor medida. Reconoce que conforme a los hombres os ha ido preocupando más la imagen, más se trabaja sobre ella y más información y formación se ofrece. No me dices que años tienes, detalle importante para tomar decisiones sobre los pelos, porque además, no se tienen los mismos a todas las edades... ni tampoco qué te preocupa exactamente, si saber qué te sienta mejor y con ello tomar decisiones, o solamente decidir si te dejas bigote... Así que hacemos un repaso sucinto y, si quieres otro tipo de información, no tienes más que decirlo.
La barba estudiadamente descuidada de
George Clooney.
Por ejemplo, hablemos de la barba. Sabiendo que a la hora de buscar un equilibrio visual del conjunto de nuestro físico (que en resumen, es lo que consigue un impacto positivo), es fundamental conocer la importancia de las líneas (verticales u horizontales), los vólumenes (ascendentes o descendentes) y los colores (oscuros o claros), por ejemplo podemos considerar la barba como un conjunto de líneas, de modo que siempre elegiremos las más horizontales para compensar el rostro alargado, y viceversa, alargaremos al máximo el rostro cuadrado, con una barba sin volúmenes laterales. Por muy claro que se tenga el vello facial, siempre resulta más oscuro que la piel de la cara. Por lo tanto, la barba adelgaza la mandíbula. Y la mandíbula prominente es un buen componente de la apariencia masculina. Comunica fuerza, de modo que salvo que el aspecto general de la cara resulte demasiado agresivo o ancho y no sea esa la idea, suavizaremos la forma y cantidad de pelo para que no resalte más de la cuenta la forma huesuda de la mandíbula o barbilla.
Combinación exitosa de todos
los pelos de la cabeza.
Por supuesto siempre hablamos de una barba controlada, es decir, recortada tanto en forma como en extensión, no dejada a su libre albedrío y como mucho hasta la línea del cuello con la nuez. Cuando su volumen sobrepasa excesivamente las facciones, y la hemos dejado a su aire, descompensa totalmente la armonía general del rostro, y os hará parecer un líder semita... Entre la nuez y el pecho tiene que haber suficiente distancia para que se diferencien perfectamente los pelos de uno y otro lado. De los pelos de la nuez para abajo, no toca hablar hoy.
Si la barbilla es escasa, la barba ayudará a disimularlo dotando al perfil de mayor volumen, y podemos convertirla en perilla si deseamos compensar también la ausencia de pelo en la cabeza. Para llevar barba, su espesor ha de ser regular por todo el rostro, porque las calvas se notarán mucho y darán un aspecto descuidado.
Evolución del bigote de José María Aznar.
Un bigote poblado y grande puede ayudar a disimular un labio superior excesivo, pero se ha de tener claro que se quedará por siempre unido a él y así te recordarán. Y por supuesto, sólo se podrá llevar si se tiene una nariz importante. Con el bigote se siguen las mismas directrices que, en general, con el resto de componentes de la imagen personal, y en particular que con las barbas: Bigotes horizontales para facciones alargadas y estrechos para facciones anchas. Y si hay un riesgo a evitar con respecto al bigote, es que se manche de comida o bebida, por lo que el pelo será corto y plano, nada de capitas.
Look rockabilly
Por su parte, y al contrario de lo que sucede con sus compañeros de equipo, en el caso de las patillas sí que existe el largo ideal. Además, para cada tipo de facciones es diferente: del final de la patilla a la parte más alta del cabello, debe de haber exactamente la misma distancia que de este mismo lugar al final de la mandíbula. El lugar exacto está marcado por el hueso de la mejilla, justo delante de la oreja. Mide, mide...
Llevar las patillas más largas y/o anchas, os dará una apariencia algo rockera, mientras que lo contrario desarmoniza las facciones, lanzando la mandíbula hacia delante, además de haceros más mofletudos. En cuanto al grosor, es conveniente que vayan de menos a más: totalmente pegadas a la mejilla al principio, para ir adquiriendo volumen en proporción al ancho de las sienes, en el cráneo, y de acuerdo con el estilo y largo del corte del pelo de la cabeza.
Iñaki Anasagasti y su cortina peluda.
En cuanto a éste, no puede permanecer ajeno a los de la cara. Imagina un Kojak o un Kiko Matamoros con barba y bigote. Muy arriesgado ¿no? hay que tener mucha seguridad y personalidad para atreverse a ello. Además, el pelo de la cara tiende a ser más rizado que el de la cabeza especialmente en las patillas, con lo cual hay que tener mucho cuidado de mantener un largo igual entre el pelo de la cabeza y el de la patilla.
Y por supuesto, se tiene el pelo que se tiene, y si eres calvo, pues mejor potenciarlo que intentar patéticamente disimularlo, porque no engañarás a nadie... Cuidado con el pelo largo y oscuro y las barbas pobladas a su libre albedrío. El estilo cromañón no se adapta mucho a estos tiempos. Pero si se lleva largo el pelo de la cabeza, el requisito ineludible es que esté limpio.
Ni tanto, ni tan calvo.
Por su parte, las cejas son muy interesantes para remarcar las facciones masculinas. No tienen que estar tan depiladas que sea evidente, pero sí deben tener su forma y largo adecuados. Las unicejas endurecen la mirada y provocan un aspecto descuidado. Hay que depilar el entrecejo y cortar esos pelos rebeldes que crecen desmesurados, pero sin que se nos vaya la mano, sobre todo si se tiene el pelo negro, porque provocaremos que en lugar de llamar la atención sobre la mirada, se centre esa atención en las cejas.