Investigadores de Alemania, Italia, Holanda, Eslovenia, Suecia, Suiza, Reino
Unido Argentina y Nueva Zelandia, publicaron
recientemente en la revista PLoS
Medicine los resultados de un trabajo de investigación al cual llamaron Complejidad de las actividades de cuidado no
farmacológico al final de la vida. Aunque la casuística se centra en pacientes
con cáncer terminal, bien pueden aplicarse a los últimos días de la vida de
cualquier persona. Por cuanto se trata de situaciones que todos los seres
humanos, sin excepción, vamos a tener que confrontar directamente al fin de nuestras
vidas, y con toda probabilidad muchas otras veces, de modo indirecto, al final
de las vidas de familiares y amigos, es conveniente familiarizarnos con las
conclusiones y recomendaciones de este trabajo que en líneas generales plantea
un buen cuidado corporal del paciente, escucharlo, hablarle de acuerdo a la situación
del enfermo, manteniéndolo en un ambiente estético seguro y placentero. Las
dimensiones del problema son muy vastas y tienen aspectos físicos,
psicológicos, sociales, espirituales y existenciales a tomar en cuenta que
deben integrarse para ser efectivos. Los rituales relacionados con la
muerte tienen un fundamento no solo espiritual y religioso sino también otro
más sutil que toca aspectos existenciales, legales y hasta profesionales. Por
otra parte se trata de una relación tripartita muy compleja ya que comprende no
solo la relación entre enfermo y profesionales de la salud, sino entre éstos
últimos y la familia del paciente. Las recomendaciones de cómo hacerle los
últimos días más gratos y dignos al enfermo que se está muriendo, tienen un
valor significativo y merecen la más amplia difusión.