Este fin de semana pasado he tenido el privilegio y el honor de participar en el 32 Congreso Nacional de la Sociedad de Cuidados Intensivos Pediátricos, en Granada. Y con ello recordar que hace más de 40 años contribuí a formar esa sociedad. Ahora son varios cientos los pediatras comprometidos con la atención a los enfermos críticos en Urgencias y en las Unidades de Cuidados Intensivos, las áreas de mayor compromiso clínico. A esos profesionales se les exige también el máximo compromiso. Trabajar en las áreas más tecnificadas obliga también a plantear a las administraciones la exigencia del compromiso de las inversiones necesarias y eso, lamentablemente, no es siempre escuchado. Precisamente en estos días, las dejaciones de la administración ha llevado a una situación de conflicto a nuestros colegas del Hospital Gregorio Marañon que no parece alcanzar solución. Si no se atiende a las demandas de esas unidades y a esos profesionales de máximo compromiso, resulta imaginable la magra atención que van a recibir los otros servicios.
La enfermedad que aqueja al sistema sanitario del estado español empieza a entrar en una espiral de degradación de la que situaciones como las del Gregorio Marañon, son sólo un síntoma. Pero se trata de un síntoma ominoso. Y lo van a sufrir los ciudadanos, los niños de este país. A veces da como para desear que fueran los hijos de los que toman las decisiones los que se encontraran en una situación crítica, si no fuera porque son niños como otros y no se les puede desear ningún mal. Pero sí da para reflexionar que las situaciones de corrupción rampante no son ajenas a las desatenciones a los servicios públicos como es la sanidad y, en especial, las áreas de críticos.
Los asistentes al Congreso de Granada lo tienen claro: sin inversiones sus esfuerzos se quedarán cortos.
Desde aquí lo llevamos a la atención de todos. Al fin y al cabo, el primer derecho que defendemos de los niños es el derecho a la vida. Y, indudablemente, si en algún sitio se lucha por mantenerlo es en las UCIs pediátricas.
X. Allué (Editor)