Cuidando al Cuidador

Por Seo Bloguero

Cuidando al Cuidador (Lee esto)

INTRODUCCIÓN

En la actualidad, la familia es la fuente principal de cuidados para la persona que se encuentra en una situación de dependencia.
Los cuidados de las personas mayores provienen en un 70% exclusivamente de su entorno familiar (Fuente Obra Social La Caixa 2009).
El cuidador familiar es la persona que presta el apoyo en el entorno de la familia inmediata. Normalmente son mujeres, y en la mayor parte de los casos, tienen una relación de parentesco directa con la persona que necesita los cuidados.
Cuidar de una persona implica la realización de múltiples actividades de distinta naturaleza que hacen que la vida de la persona cuidadora principal se vea influenciada y, en ocasiones, determinada por esas tareas.
A menudo puede darse el sentimiento que su vida social, laboral e incluso familiar, se ve afectada, o hasta anulada por la situación, pudiendo no tener tiempo ni para descansar o cuidar de su salud.
Es importante evitar esto, para que se disfrute de los efectos positivos que tiene el cuidar de una persona a quién se quiere, y recibir la satisfacción de contribuir a mejorar su calidad de vida.

ORGANIZACIÓN Y EFICIENCIA

  • Pensar bien cuales son las tareas más importantes que deben realizarse. Darles prioridad frente a las actividades que pueden esperar.
  • Apuntar las cosas que no se pueden olvidar. Marcarlas en un calendario y mantenerlas siempre a la vista.
  • Organizar las actividades alternando las relacionadas con el cuidado directo de la persona en situación de dependencia con otras propias que permitan salir y moverse fuera del hogar.
  • Tomarse tiempo para hacer un descanso entre actividades, y RELAJARSE. Tener en cuenta el tiempo de descanso en la planificación de las tareas.
  • Pedir ayuda, sin esperar a que otras personas adivinen sus necesidades.
  • Buscar apoyo en los demás. Acudir a otros familiares y amigos para que compartan las tareas del cuidado.

Y sobre todo….

  • Intentar mantener las amistades y hacer actividades con ellas.
  • Buscar tiempo para uno mismo, aunque sea poco a la semana.
  • Intentar llevar hábitos saludables de vida.
  • Revisar y ajustar regularmente el esquema de organización.

ALGUNAS CONSIDERACIONES

“Tengo la sensación de que el tiempo no me alcanza para hacerlo todo. Estoy agotada/o y agobiada/o. ¿Qué pasa?”

- Quizá no me esté organizando bien.
- Quizá es que realmente el trabajo me supera, y necesito ayuda.

“¿Qué tareas puedo delegar?”

- El criterio es personal y depende de cada situación. Es importante que entre las actividades que realizamos diariamente, haya tareas que aporten satisfacción personal.

“A quién puedo delegar estas tareas?”

- Familiares y amigos. Compartir la responsabilidad del cuidado permite repartir la carga de trabajo y abre la toma de decisiones conjuntas, además que aporta a los demás la satisfacción personal de colaborar en el cuidado. Es importante reconocer que siempre hay algo que los demás pueden hacer para ayudar y que ninguna ayuda es pequeña.

- La propia persona que se cuida. Manteniendo su independencia y satisfacción personal, pero cuidando no exponerla a fracasos o riesgos innecesarios.
- Servicios e instituciones de apoyo.

EL AUTOCUIDADO

Son todas aquellas actitudes y acciones que adopta el cuidador familiar, encaminadas a valorarse a uno mismo, quererse y cuidarse, Son acciones que, en definitiva, van encaminadas a mantener y mejorar la propia salud física y mental.

“Cuidarse a sí mismo es la mejor manera de cuidar a su familiar”

Signos de alerta

  1. Pensamientos erróneos
  2. Soledad y aislamiento
  3. Problemas físicos
  4. Ansiedad
  5. Depresión

1. PENSAMIENTOS ERRÓNEOS

  • Soy la única persona que puede cuidar de mi familiar.
  • Soy la persona que mejor le cuida.
  • Es mi obligación cuidarle.
  • Sin mí estaría perdido/a.
  • Soy egoísta si quiero tener espacio para mi mismo/a.
  • Tengo que centrar mi vida en cuidarle, y dejar en segundo plano todo lo demás (trabajo, familia, amigos, etc.).
  • Yo puedo con todo…

Recursos que pueden ayudar…

  • Solos no podemos hacer todo. Aceptemos ayuda. Pidámosla si es necesario.
  • Hay que asumir que no siempre tenemos la razón y que las opiniones de los demás pueden ser muy útiles.
  • No culparse de cosas que escapan a nuestro control.
  • Cambiar la frase “tengo que….”, por la frase “intentaré que…”

2. SOLEDAD Y AISLAMIENTO

  • ¿Cuánto tiempo hace que no quedo con amigos o que no hago cosas con mi marido/hijos/familiares?
  • ¿Dispongo de algunas HORAS a la semana para dedicarlas a mí?
  • ¿Recuerdo la última vez que realicé aquella actividad que me encanta y que solía hacer con regularidad?
  • ¿Tengo la sensación de estar agotado todo el día y que necesito tiempo para poder descansar?
  • ¿Siento que soy la única persona que puede cuidar de mi familiar?
  • ¿Siento que nadie me ayuda?

Algunas pautas útiles…

  • Darnos un poco de tiempo para hacer algo que nos guste, con regularidad.
  • No olvidar a los demás: amigos, familia, gente que nos aprecia y que nos hace reír.
  • Compartir experiencias con personas en situaciones similares.
  • Intentar salir de casa un día o noche a la semana, para desconectar y “re-cargar batería”.
  • Aceptar ayuda de los demás, aunque la persona a nuestro cuidado se oponga.

3. PROBLEMAS FÍSICOS

Usualmente los cuidadores nos olvidamos de cuidarnos: no dormimos lo suficiente, nos saltamos comidas, hacemos escaso ejercicio físico, llegamos al agotamiento, olvidamos descansar, nos automedicamos, incumplimos los tratamientos médico propios, etc.

Así que seguramente podemos tener….

  • Fatiga
  • Molestias digestivas
  • Insomnio
  • Tensión muscular
  • Cefaleas
  • Alteraciones del sistema inmunológico

Y sabemos perfectamente lo que debemos hacer….

  • Comer adecuadamente
  • Descansar
  • Ejercitarnos y relajarnos
  • Tener un espacio de ocio propio regular
  • Acudir al especialista si es necesario….

4. LA ANSIEDAD

La ansiedad es normal y saludable. Todo el mundo la experimenta en circunstancias de peligro, en situaciones delicadas o en momentos de preocupación.

La ansiedad puede convertirse en un problema cuando no existe un peligro real o cuando se mantiene durante largos periodos de tiempo. Puede llegar a estar acompañada de síntomas físicos.

Es importante identificar las situaciones que nos generan la ansiedad, y reconocer los síntomas de que se acerca, pues eso nos da la oportunidad de usar técnicas para ayudar a controlarla, como son:

  • Control de la respiración buscando la calma.
  • Estrategias de relajación física y mental.
  • Distracción: música, leer, ver una peli, hablar con un amigo. Algo que nos obligue a fijar la atención.
  • Control de pensamientos. Si nos llega pensamientos inquietantes, conscientemente desecharlos, negarnos a que se queden, buscar cosas que nos distraigan.

Si estos consejos no ayudan, es importante considerar ayuda profesional.

5. DEPRESIÓN

Cuidar a una persona en situación de dependencia puede influir negativamente en la manera de ver, vivir y reaccionar ante las diferentes situaciones.

Pueden experimentarse sentimientos de tristeza y pena que dificulten la situación de cuidado. Esto es comprensible, pero si llegan a ser de gran intensidad, hay que analizarlos, pues podemos estar cerca de sufrir una depresión.

La señal de alerta está en la presencia de al menos tres síntomas, que se prolonguen por más de 2 ó 3 semanas:

  • Sentimientos de tristeza
  • Falta de interés por cosas que nos gustaban
  • Agotamiento físico y emocional, sentimiento de “no tener fuerzas”
  • Aislamiento
  • Pensamientos negativos
  • Llanto
  • Ideas de muerte
  • Irritabilidad
  • Abandono del aspecto físico
  • Cambios en el sueño
  • Problemas de apetito y cambios de peso

Algunas pautas que pueden ayudar:

  • Descansar y darse “tiempos personales” aunque sean cortos.
  • No olvidar a las amistades y divertirse un poco.
  • Pedir ayuda sin esperar a que nos sea ofrecida.
  • Conocer nuestros límites y respetarlos.
  • Plantearnos metas realistas.
  • Perdonarnos si nos equivocamos, saber que estamos haciéndolo lo mejor que podemos.
  • Aplaudir nuestras virtudes y premiarnos por el trabajo bien hecho.
  • No ignorar nuestras propias necesidades.
  • No interpretar miradas, comentarios y actos de los demás como un ataque, no siempre es así. Mejor preguntemos directamente y evitemos malentendidos.

La depresión tiene tratamiento. Busquemos ayuda profesional si los síntomas no son pasajeros.

PREVENIR LESIONES EN LOS CUIDADORES

  • Mantener un estilo de vida saludable, ejercitándose y comiendo saludablemente.
  • Evite permanecer en la misma postura por tiempo prolongado.
  • Utilice calzado cómodo.
  • Recuerde sus límites y pida ayuda cuando la necesite.
  • Para ayudar a alzar o movilizar a una persona, ayúdese de todo su cuerpo, evitando realizar la fuerza con la columna flexionada. Siempre movilícese con la columna recta y en bloque.

PREVENIR LESIONES EN LOS CUIDADORES

  • Mantenga los pies separados para aumentar la base de sustentación y el equilibrio, bloqueando los pies del enfermo y situándonos en la dirección del movimiento.
  • Cuando colabore con el traslado de una persona siempre mantenga las piernas separadas y semi-flexionadas, y ubíquese de frente al lugar donde va a colocar a la persona (silla o cama), evitando realizar flexión y/o rotación de la columna.
  • Sea consciente de su postura, y esté lo más relajado posible, manteniendo siempre las curvas normales de la columna.
  • Mientras realiza el traslado hay que tener concentración plena y evitar movimientos bruscos.

CONDUCTAS INADECUADAS

  • Una actitud extendida, es tratar a los mayores como si fueran niños irresponsables, asumiendo conductas paternalistas y compasivas, negándoles su individualidad y su capacidad como interlocutores válidos. Esto los hace enfadar.
  • Jóvenes y adultos, incluidos profesionales de la salud, y casi siempre con buena intención, deciden sobre la vida de las personas mayores y adoptan actitudes de autoridad que intensifican la dependencia y deterioran la confianza del mayor. No es raro caer en la tentación de criticar, sermonear, dar consejos o formular expresiones de falsa tranquilización como “no se preocupe”, “no pasa nada”, “está usted muy bien”.
  • Las pistas de comunicación no verbal inadecuadas, pueden ser muy contraproducentes (falta de contacto visual, posiciones que delatan prisa, etc).
  • Violar la distancia afectiva que permita mantener la objetividad, puede llevar a situaciones ambiguas y difíciles de resolver (demanda de superprotección y trato especial, o manifestaciones obscenas).
  • Interrumpir las manifestaciones de dolor o el silencio, tanto de los ancianos como de sus familiares cuando, en realidad, son mecanismos de adaptación completamente normales que facilitan el desahogo.

ACTITUD CORRECTA

  • Aceptar a la persona como es, sin juicios ni críticas.
  • Actuar de forma serena y competente.
  • Dar un trato respetuoso, amable y humano, pero con cierta firmeza.
  • Llamar a la persona por su nombre, con el tratamiento de “usted” y personalizando su asistencia en el mayor grado posible. El tuteo no es conveniente salvo si lo pide el anciano.
  • No utilizar una jerga infantil para hablar (bonito, guapo…) pues se puede menoscabar al mayor, ya comprometido por su incapacidad y dependencia.
  • No dar muestras de excesiva confianza a una persona desconocida, por el hecho de que sea mayor y esté en una situación de indefensión.
  • Respetar la individualidad de las personas. No tienen porqué opinar o reaccionar igual, es un error presuponer sus pensamientos.
  • Estar disponible para escuchar, apoyar y aclarar. Se ha de dedicar tiempo y mostrar interés por las preocupaciones del mayor.
  • El mayor suele responder con calma, intercalando pausas. La conversación ha de estar libre de prisas y presiones, dejando tiempo suficiente para las respuestas.
  • Contestar a las preguntas sencilla, breve y lentamente. No elevar la voz, a menos que sea necesario.
  • Mantener el contacto visual y táctil con la persona.
  • Respetar la intimidad.
  • Estimular al anciano para que intervenga en sus cuidados, dándole el tiempo suficiente para que complete las actividades.
  • Besos, besos y más besos. Desarrollando confianza progresiva, con total honestidad, sin ser falsos o sobre-actuar.

RELAJACIÓN

  • Hay que dar un tiempo para descansar y relajar la mente y el cuerpo.
  • Tomar un café, dar un paseo, leer el periódico…, algo que nos distraiga.
  • Relajación con música.
  • Relajación de Jacobson.
  • Respiración.
  • Ejercicios de estiramiento con música.
  • Un largo baño.
  • Ejercicio de descarga: algo que nos libere adrenalina…
  • Algo que nos haga sentir tranquilos y contentos.

CUIDANDO AL CUIDADOR
CONSEJOS PARA SITUACIONES DE CRISIS
ALGUNOS CONSEJOS

  • Mantener la calma, recordar siempre que muchas cosas son reflejo de la enfermedad, no son cuestiones personales del enfermo hacia nosotros.
  • La serenidad y firmeza dan sensación de control de la situación, hay que aportar seguridad ya que muchas crisis son producto del miedo o confusión.
  • Intentar calmar al enfermo, usando frases cortas y sencillas, con suavidad y afecto, con respeto, y con paciencia. Explicaciones sencillas y lógicas que aporten confianza.
  • Escuchar y atender a lo que nos piden, a veces un sencillo gesto de atención hace la diferencia.
  • Volvamos a explicar las cosas las veces necesarias. Cuando una persona tienen miedo porque sabe que está “olvidando”, el miedo crece y puede producir enfado si se siente estúpido o dependiente por lo que le está pasando.
  • Si no logramos convencer, tratemos de atraer la atención hacia alguna otra cosa o tema que pueda interesar para romper el círculo negativo.
  • La sinceridad con sencillez y claridad, produce confianza y mantiene el respeto.

www.proyectofresneda.org

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