Cultura Biotec se va de “excursión” al Centro Nacional de Biotecnología (I)

Por F.guiral - S.pérez

Sara Pérez Jerónimo

Periodista

Después de nuestro paso por BioSpain 2010, Cultura Biotec ha querido marcar en su agenda otra nueva cita de referencia. Una agenda que el pasado martes 08 de tintineaba como si se tratase de luces de neón, algo que tanto Elena como yo llevábamos esperando unos meses con ilusión, y que por fin, tuve el honor de poder realizar: una “excursión” por el Centro Nacional de Biotecnología (CNB).

A simple vista el CNB podría parecer inofensivo, pero impone la idea de pasar un día rodeada de expertos en distintas ciencias y tecnologías. Cuando te preparas para visitar una entidad de referencia como el CNB, siempre te da la sensación de no ir lo suficientemente preparada ante la gran variedad de especialidades y saberes que el edificio concentra. Sin embargo, era mi oportunidad de oro para vivir de cerca el día a día del centro y ver un poquito más de cerca la realidad de la ciencia. Una mañana que ya, antes de comenzar, prometía y que sin duda, no defraudó.

Tal y como merecía el día, el sol brillaba en el cielo. Tras un largo camino en tren de cercanías y más de un susto por las averías matutinas, llegué temprano al Campus de Cantoblanco, situado en la Universidad Autónoma de Madrid.  La Avenida de Francisco Tomás y Valiente resplandecía, más viva que nunca y abarrotada por una multitud de estudiantes, ansiosos de terminar sus últimos exámenes de febrero y dejarse llevar por la buena climatología en el césped.

Tras un largo pero agradable paseo y justo con el sonido de las señales horarias procedentes de mi radio, a las 10 en punto llegué al Centro Nacional de Biotecnología. Allí me esperaba y recibía Alfonso Mora, divulgador científico del CNB, una figura prácticamente inédita en el mundo científico, donde lamentablemente aún nos quedan muchos pasos por dar para aunar la labor del periodista y del científico en un sólo ser, para convertirnos ambos en una fuente de información y divulgación que una ambos caminos y que permitan a la sociedad una óptima comprensión de la misma. Dicho en otras palabras, hacer atractiva la ciencia para todos los públicos.

A lo largo de la mañana realizamos varias entrevistas de temas muy distintos, todos ellos de gran interés y que muy pronto podréis leer en Cultura Biotec.

En los pasillos del CNB, todo es acción, nada está tranquilo, pero prácticamente todo es silencio. Llegamos a la primera estación: el despacho de Anabel Sanz, gestora de transferencia de conocimiento y tecnología del CNB, un centro único, pionero y multidisciplinar incapaz de dejar indiferente a nadie.

“La vocación principal de los centros como el CNB es la investigación básica. Tenemos muchos departamentos y contamos con algunos expertos mundiales, número uno en sus disciplinas. Además de cuidar esa línea, tratamos de asegurar que todo ese conocimiento que se desarrolla llegue de alguna manera a la sociedad” aseguró Sanz.

Una charla amena e interesante sobre los proyectos más punteros del Centro: la vacuna para enfermedades como el sida o el SARS, la celiaquía y las enfermedades metabólicas, los avances en materia oncológica, los estudios para el desarrollo de nuevos antibióticos o incluso los productos modificados genéticamente.

La siguiente estación fue en el departamento de biotecnología microbiana, donde pasamos por el laboratorio de Miguel Vicente, que actualmente dirige el proyecto “Biología Sintética de la división celular: reconstrucción de la maquinaria de división bacteriana en el tubo de ensayo”, una vía de investigación por la que se pretende construir en el tubo de ensayo, la maquinaria molecular mínima que las bacterias utilizan en su división. Una nueva forma que podría permitir abrir nuevos caminos para el descubrimiento de antibióticos.

Además de tener el honor de compartir algunas palabras con una eminencia en su campo como es Miguel Vicente, me hice con un ejemplar dedicado de la obra divulgativa Ni contigo ni sin ti, guía para entender los microbios, una excelente guía didáctica destinada a todos los públicos sobre el mundo microscópico.

La penúltima parada fue el laboratorio de Domingo F. Barber, líder de uno de los grupos de investigación en materia inmunológica y oncológica del CNB. Allí, pudimos charlar sobre el desarrollo de las ya célebres nanopartículas magnéticas con interferón, una nueva forma experimentada en ratones que consigue evitar los efectos secundarios de los tratamientos actuales contra el cáncer. Una entrevista de última actualidad para todos los públicos que permitirá a todos conocer un poco más de cerca el proyecto.

Terminamos el tour con una visita a los invernaderos del CNB, un pequeño refugio donde se analizan todo tipo de factores que puede afectar al desarrollo y crecimiento de las plantas. Una pena que el acceso al recinto habilitado a las plantas transgénicas tenga restringido el paso, pero sin duda, fue un recorrido que no cambiaría por nada.

Ante todo, quiero dar las gracias al CNB por permitirme visitar sus instalaciones. A Alfonso Mora, encargado de concertar todas y cada una de las “paradas” de este pequeño viaje. A Anabel Sanz, por su interés, dedicación y por su amena charla. A Miguel Vicente y a Domingo F. Barber por dejar sus muchas obligaciones de lado para atenderme, por sus palabras y por su labor ¡Muchas gracias a todos!

Así, mi mañana 10 llegaba a su fin y con mis entrevistas, mis libros y la experiencia a las espaldas, volvía a recorrer la Avenida Francisco Tomás y Valiente, disfrutando y saboreando mi momento, recordando mis tiempos universitarios que deje atrás hace no mucho, en los que yo también formaba parte de ese grupo de estudiantes, ansiosos de terminar sus últimos exámenes y dejarse llevar por la buena climatología en el césped.

 Y un solo pensamiento. Si hay algo que tengo claro es que volveremos.