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Pues bien, hace más de cuatro años, la estadounidense Victoria Gray recibió una llamada telefónica que le cambió la vida. Era su hematólogo, que le ofrecía entrar en un ensayo clínico experimental para curar su anemia de células falciformes.
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La siguiente etapa del tratamiento fue la eliminación de todas las células sanguíneas enfermas de la médula ósea de la paciente mediante quimioterapia.
Luego, los médicos transfundieron a la paciente sus propias células editadas. En unas semanas el cuerpo de Victoria estrenó glóbulos rojos cargados de hemoglobina fetal sana, la que se replicó, multiplicándose por su organismo.
Cuatro años después la paciente no tiene dolores y cría con entusiasmo a sus cuatro hijos.
Hace pocos días, Victoria hizo su aparición en la ciudad de Londres para compartir su caso en el Tercer Congreso Internacional de Edición del Genoma Humano. Los expertos que asistieron al congreso la homenajearon de pie con un aplauso enérgico. Victoria agradeció a sus "supercélulas" por la cura y explicó que su vida ha experimentado un cambio total.
Varias personas en todo el mundo han participado en ensayos clínicos similares para tratar la anemia de células falciformes y la betatalasemia.
Se espera que estos tratamientos sean aprobados en Estados Unidos este mismo año y más tarde en Europa.
Sin embargo, estos tratamientos serán muy costosos, con un precio que ronda los tres millones de dólares, además del coste de varios meses de ingreso hospitalario, transfusiones, quimioterapia, etc.
Actualmente, las terapias génicas son efectivas para tratar enfermedades de origen genético que afectan a la sangre, ya que permiten extraer células madre, editarlas en el laboratorio y comprobar si se ha corregido el defecto antes de inyectarlas al paciente.
Sin embargo, este método todavía no es viable para enfermedades que afectan a órganos sólidos.
Este es uno de los grandes objetivos para la edición genética en el futuro porque abarataría mucho su coste.
De momento, los intentos de curar una enfermedad genética del hígado con una inyección directa de CRISPR han mostrado resultados prometedores. El objetivo para los próximos años es conseguir tratar con CRISPR órganos como el corazón y el cerebro o reducir los niveles de colesterol malo.
Quizá sea sencillo opinar estando sano, pero ¿y si padecieras una enfermedad mortal que se puede curar con CRISPR? ¿Te someterías a un terapia genética o aceptarías morir?
Puedes opinar sobre este controvertido asunto en la caja de comentarios.