El síndrome de Down es causado por la presencia de un cromosoma 21 extra. Esto se traduce en algunos rasgos faciales, junto con alteraciones en el crecimiento y las capacidades cognitivas, a menudo semejantes a las de un niño pequeño.
Las personas con síndrome de Down también tienen menores expectativas de vida y en general son más susceptibles a varias enfermedades y condiciones tales como la apnea del sueño, infección de oído, defectos del corazón y enfermedad por reflujo gastroesofágico, entre otras.
Debido a la naturaleza de la condición cromosómica, el síndrome de Down no es una enfermedad o un virus y es más bien parte de la composición genética del individuo. Como tal, no puede ser “curada”.
El código genético y los cromosomas existen en cada célula de un ser vivo y dictan cómo el cuerpo se acomoda a medida que crece y cómo se realizan las diferentes funciones orgánicas.
La única forma posible para que podamos un día ser capaces de abordar el síndrome de Down es a través de modificación genética que ya ha sido probada con éxito en animales para otros fines.
Sin embargo, debido a los déficits de desarrollo del síndrome de Down no se sabe lo mucho que esto podría afectar a un individuo totalmente crecido. Al mismo tiempo, alterando el ADN de los individuos podría ser visto por algunas filosofías como la modificación de la misma cosa que hace que una persona sea lo que es y así ni siquiera sería deseable de ser cambiado si fuera posible.