El fruto del rosal silvestre, también conocido como escaramujo, “tapaculos” o gavanzo, supone una fuente importante de antioxidantes, entre otras sustancias beneficiosas, que nos puede ayudar en diversas situaciones. Comestible en crudo, resulta una importante fuente de vitamina C y se utiliza a menudo en la industria alimenticia y homeopática.
Tomaremos el escaramujo preferentemente a modo de infusión, pudiéndolo encontrar en herboristerías, supermercados y tiendas de medicina alternativa.
Pero, ¿qué usos tiene?
Déficit de atención
A niños y adolescentes que sufran de este problema, suminístrales una tisana de esta hierba, rica en hierro y vitamina B, y verás como se mejora su capacidad de concentración en clase.
Mala circulación
De la rutina del escaramujo, que vamos a conseguir ingiriendo un par de infusiones de esa hierba al día, también nos favorecemos en casos de mala circulación, dado que se mejoran las varices e impulsa el riego sanguíneo, estimulando la circulación.
Resfriado
¿Acatarrado durante este duro invierno? U infusión diaria de escaramujo blindará tu organismo contra la entrada de nuevos virus y otras afecciones típicas de la estación fría.
Infección de encías
Realizar enjuagues con la infusión ya mencionada, aparte de complementar nuestra higiene bucal, suele ser de gran ayuda para los casos de sangrados de encías e inflamaciones.
Falta de apetito sexual
¿Vida sexual apagada últimamente? No te preocupes, dado que las flores del rosal silvestre también disponen de varios componentes que activan las glándulas sexuales y estimulan las hormonas que provocan el deseo sexual. Aumenta la potencia y las ganas de ambos con una buena tisana de escaramujo.
A modo de curiosidad, y por si aún no te fías de las propiedades de esta hierba, cabe citar que, durante la II Guerra Mundial, se preparaban jarabes de escaramujo para los lisiados de guerra, que suplían así su falta de vitamina C.