Encuentro.
I
... Despierta a un nuevo sueño
donde huye, entonces,
del sueño por venir...
Se ve a sí mismo, en la distancia,
deshojando un árbol secreto de interna floración
y ahuecado fruto
envuelto en cáscara de pétalos:
Exuda un anhelo denso aquella hechicería,
sembrada en un oscuro entretejerse
como ébano vidrioso de sosegada rabia...
Un gallo aúlla su cresta
y el pico baja
hundiéndose en la espuma del delirio...:
Las horas, espantadas,
hienden las paredes en estampida,
silbando errantes por las escaleras
en vicio de teclado...
Resbala sobre una profunda espiral
en lento jadeo;
una vieja melodía fluye a su encuentro, delicada..:
Sopla un silencio de música
en este árbol de agua...
II
.. Un ejército de hormigas
invade su cuerpo en racha ululante;
despierta con la lengua fuera de la boca,
hinchada y reseca...;
el suave perfume
de una sonrisa metálica ausente, ya,
de roblones
huye por una galería en sombras,
despedazándose contra las columnas de los pórticos
en sucesión interminable...,
la sigue hasta perder la memoria del propósito
y se da de bruces, envejecido ya,
contra el muro donde estaba esculpida una sentencia:
Sábados: Evocar destellos de húmedo filo.
Domingos: Lamer espinas de hielo.
Lunes: Embridar y cabalgar un Hastíope.