Como les nombraba, estos esmaltes son dos clásicos que se hicieron para estar juntos; tanto que en Brasil aún sigue siendo una de las combinaciones esmalteriles más famosas.
Pero vamos por partes y empecemos por Dara, un esmalte cremoso en tono marrón chocolate que cubre en dos capas y tiene un acabado brillante hermoso.
Lo único que es un poco complicado es su fórmula, bastante más fluida de lo que estamos acostumbradas muchas. Pero como siempre, la base matte fue mi salvación y quedó parejo. El secado es normal a rápido.
Rebú por su parte, es bastante engañador: en la botella parece ser un oxblood, pero en la vida real es un rojo sangre. La fórmula es más complicada que la de Dara: requiere de tres capas para que cubra bien y puede quedar disparejo –por lo cual recomiendo la base matte-. Pero el acabado final lo vale. Además, es de esos esmaltes que por ser un poco translucidos pueden usarse sobre otros para transformarlos. Es como un topper cremoso, jajajaja.
En mi caso, los usé con la técnica de layering (uno sobre otro), poniendo dos capas de Dara y una de Rebú para terminar. El resultado es bastante cercano a Wicked de Essie, lo que me gustó mucho. Casi lo olvido: como mi versión de estos esmaltes es la viejita, el pincel es común y tiene tolueno; pero por lo que sé hace poco fueron relanzados por la marca con pinceles nuevos y B3F.
Por último, me despido dándole las gracias a Kathya por abrirme este espacio… y espero que el post no se haya hecho eterno. Por cierto, si les gustaron estos esmaltes los pueden encontrar con Esmaltes Carioca =)
¿Qué les parecieron Dara y Rebú?¡Nos vemos!
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