Para preparar con dignidad la Copa Davis que se nos viene encima (eso sí será un atracón...), no se me ocurre mejor calentamiento que un buen corte de jamón, una gran manzanilla pasada y la charla de un tipo como David de Jorge. Hace falta esfuerzo, tesón y muchas horas de entrenamiento para conseguir esa coordinación perfecta entre bola, brazo y "raqueta". Sacrificio, tesón, búsqueda incansable del mejor ingrediente, del vino más adecuado, del lugar apreciado, de la compañía oportuna: la comida en Echaurren queda ya para siempre en mi memoria. Verbo fácil (evangelio en estado de gracia pura), sin artificios ni afeites (va a lo esencial), David es gran cocinero, mejor empresario y extraordinario comunicador.
Tuve la suerte de topar con su cuerpazo serrano y su humor sincero y socarrón en la reciente experiencia riojana, ya sabéis la de los cinco bloggers para cinco sentidos. Y allí quedé prendado de su estampa pinturera y de un sentido de la vida que jamás había intuído tan puramente gargantuesco. Si a eso le añadimos que tiene uno de los blogs gastronómicos más interesantes de este país, sólo puedo decir: ¡gracias! Gracias por reparar en mí, gracias por proponerme un cuestionario que parece directamente salido de un alegre mestizaje entre Shakespeare, Lope y Rabelais (con un apunte de Proust) y gracias por, a pesar de las barbaridades que contiene, publicarlo. No olvide el sabio lector que lo lea (sobre todo si se trata de mi santa esposa...) la máxima de Magritte en uno de sus famosos cuadros (el de la pipa estante): "ceci n'est pas une pipe!".
Las ilustraciones de esta entrada proceden del blog de David. Nota bene: esta entrada forma parte del Proyecto Genoma Vino.