Este es un post escrito a hurtadillas, #yoconfieso… Cuando publicamos un post consensuamos en el cuentiequipo su contenido, día de publicación, etc. Pero este post está escrito sin que Cuentimarina lo sepa, lo lamento darling, sé que te estás enterando mientras lees esto ¡¡¡Ha-ha, sorpresa!!! Ayer, 12 de Mayo, fue el primer aniversario de su boda. Aquella cuentiboda en el Empordà a la que fuimos como wedding planners y volvimos como amigos. Aquella boda que fue mucho más que el comienzo de una bonita amistad. Esa boda en la que sin saberlo ninguno de nosotros, estaba empezando a nacer Cuentimarina.
Este fin de semana hemos vuelvo a tener un chute de emociones brutal. De esas que te hacen llorar y sonreír a la vez. Y es que hay días de boda en los que el ambiente es mágico y vives momentos maravillosos, que guardas ya para siempre. Este fin de semana ha sido muy especial para nosotros porque hemos sentido que se cerraba un ciclo y comenzaba otro. Ha sido como sentarte de noche a ver las estrellas y quedarte despierto hasta ver amanecer, ha sido como esperar a que den las 12 campanadas y recibir al año nuevo brindando. Nos hemos comido las uvas en Gerona el 11 de Mayo.
Este último año han pasado muchas cosas en Bodas de Cuento. A nivel emocional es imposible explicar lo felices que hemos sido. Un año más (y ya son 4) con la satisfacción de mantener en activo nuestra mini empresa, haciendo lo que nos apasiona, llenando la maleta de vivencias espectaculares, conociendo lugares nuevos a los que nos llevan las cuentibodas, compartiendo trabajo con profesionales que admirábamos y respetábamos y de los que hoy somos amigos. Y sobre todo, sintiendo la extraordinaria sensación de que trabajamos haciendo felices a personas.
Bodas de Cuento Barcelona es la culpable de gran parte de la felicidad de este año. Es otro proyecto hecho realidad. Ana y Roberto fueron la primera pareja con la que nos reunimos en aquella recién estrenada Cuentiofi de Bcn, los primeros que nos eligieron para compartir con ellos su sueño (gracias, gracias, chicos!) y también han sido los protas de la primera boda que hemos hecho desde la Cuentiofi Bcn, con Marina al frente.
Para Jose y para mí, vivir en directo este finde con Cuentimarina la boda de Ana y Roberto ha sido increíble. Toda una satisfacción. Allí, en el Montseny, en medio de bosques y praderas, para nosotros un ciclo se cerraba y empezaba otro.
Con este post que ha acabado siendo un batiburrillo de cosas quería deciros que a veces las campanadas no son en Diciembre, ni los comienzos en Año Nuevo. Que en ocasiones proyectas cosas y al materializarse son aún mejor de lo que esperabas. Que hay días de boda que sale el sol y de repente se nubla, al rato sale el sol otra vez y te vuelves medio tarumba pero estás tranquila porque sabes que la felicidad acaba cerrando siempre el baile. Que a veces reímos y lloramos a la vez y, oye, a mí me gusta. Que un equipo no puede ser solamente un grupo de gente que trabaja en el mismo lugar o momento, porque tú lo sientes como algo más, como una pequeña familia. Que trabajar en lo que trabajamos no es un trabajo, es un REGALO.
Y que Sara Lázaro y Pol de Feel and Film tienen unas fotazas y un video de #labodadeanayroberto que vais a flipar, my friends. Si no habéis visto aún nada, buscad en nuestro Instagram (@bodasdecuento) ese hashtag y veréis un aperitivo de una boda (para nosotros) piú bella en una pradera con sabor a Italia.
Y hasta aquí por hoy. A los que habéis aguantado mi chapa filosofal del lunes, mil gracias, qué bonicos sois! A Ana y Roberto, un grande abraccio! Y a Ricky y Marina, feliz feliz aniversario, os queremos mucho