De casas cuevas a diseños subterráneos II

Por Antonio Serra Junior @AntonioSerraJr

Lentamente regresaremos al origen, a las entrañas de la protectora madre tierra, tras siglos de adquisición de los conocimientos y desarrollo de la tecnología adecuados. Las casas subterráneas, actualmente denominadas rascasuelos, pueden convertirse en una solución que suavice las consecuencias del impacto medioambiental producido por la imparable superpoblación, como la contaminación y el elevado consumo energético, hoy voraz en las grandes urbes. Sin embargo, los factores culturales e intereses económicos arraigados pueden hacer lenta esta transición

Con más de 7.200 millones de personas actualmente en La Tierra, debemos rediseñar las ciudades ya que continuamos “creciendo y multiplicándonos” a un ritmo vertiginoso sobre una superficie planetaria que se nos queda pequeña siendo, además,  imperativo preservar el espacio necesario para obtener los recursos alimenticios e incrementar el pulmón natural del planeta.

El ser humano es la única especie capaz de crear y apreciar el arte en su sentido más amplio. La funcionalidad sin una adecuada estética nos deshumaniza e, incluso, es causa de diversos desórdenes mentales. Un buen planteamiento urbanístico, más creativo y bello, contribuye a generar felicidad

El diseño ético de las ciudades debe estar al servicio de la calidad de vida de los ciudadanos, respetando al máximo el entorno y procurando una armonía estética que transmita bienestar al espíritu de sus habitantes. 

Hace 40 años, Peter Vetsch ya era conocido por sus casas cuevas que ahorraban energía y permitían un diseño orgánico, casi escultórico, frente a la arquitectura cuadriculada tradicional: viviendas mimetizadas en su entorno natural pero con el confort de su época.

Casas cuevas ecológicas diseñadas por el arquitecto sueco Peter Vetsch

Reciclar está de moda. Reciclar para sobrevivir como especie  porque los recursos se agotan. Es necesario crear una concienciación global de sostenibilidad en su sentido más amplio: consumir menos energía o que esta se produzca a bajo coste y sea “limpia”, la generalización de huertos urbanos que deberían formar ya parte del paisaje de nuestras ciudades, producir menos residuos, minimizar la construcción de poblaciones expandidas con edificaciones de pocas alturas que exigen la utilización constante de medios de transporte y roban espacio a los diferentes ecosistemas y a la agricultura, y decenas de etcéteras más.

Afortunadamente, el cuidado del medio ambiente y la belleza de nuestras ciudades cada vez son más tenidos en cuenta por arquitectos, diseñadores, urbanistas y paisajistas. 


Corolistas casas orgánicas

Conjunto de cuatro Casas orgánicas (México), cuyas paredes expuestas al exterior han sido pintadas con colores alegres.

Aseo de una casa orgánica

Interior de una vivienda orgánica. La imagen no deja lugar a dudas: los decoradores e interioristas deben usar más el compás y la mano alzada e ir relegando la escuadra y el cartabón.

Dormitorio de una casa cueva ecológica

Dormitorio de una de las casas cuevas de Peter Vetsch. La habitación, completamente orgánica, llama la atención por la rompedora columna perfectamente integrada como elemento ornamental clásico dentro de la estancia. La tendencia actual es utilizar el agua de la lluvia y la energía solar combinada con la eólica en viviendas bajo tierra que permiten un microclima constante natural y, por tanto, menor consumo energético, en construcciones con materiales reciclados, duraderos y sin componentes tóxicos. 

En el futuro, viviremos en ciudades bioclimáticas con cultivos y autosuficientes.


Casas subterráneas

Antes de terminar este post, les recomiendo leer la entrada publicada en la revista Apuntes de Arquitectura sobre la tecnología empleada para la construcción de las viviendas ecológico-sostenibles, con el desarrollo de la misma.