Julio Castillo, el enemigo de cualquier administración pública – “Al rojo vivo” – lo vuelve a desvestir (periodísticamente)
Vergonzosa y digna de lastima. Así es la postura que ha asumido uno de los funcionarios de confianza del gobernador regional de Lima – Ricardo Chavarría Oria, cuando se trata de proteger las ganancias de una empresa privada por encima de los intereses del Estado, al cual el representa. Se trata del discutido titular de la Dirección Regional de Agricultura – Ing. Julio Castillo Correa, quien abiertamente ha preferido cumplir con el consorcio Santander antes que con la ley.
Castillo Correa –quien llegó a Cañete para “sostener una reunión de trabajo” con algunos medios de comunicación, y tratar de responder, entre contradicciones e ingenuas respuestas, los decisivos informes de “AL ROJO VIVO”, que ponen al descubierto su nulo interés por hacer cumplir las normas, y resguardar los intereses del Estado.
Vladimir Rojas, como director y conductor del magacín dominical, acentuó que si el director Regional de Agricultura le hubiera jugado limpio al Estado – definitivamente, otra seria la historia del Consorcio Santander a estas altura del partido.
Rojas Hinostroza – dirigiéndose a Castillo Correa, subrayó que resulta bastante suspicaz que este, no ordenara hacer la consulta al banco sobre la legitimidad de las cartas fianzas, antes de entregárseles el dinero al Consorcio Santander.
En ese sentido, lamentó cada una de las impericias emitidas por Correa Castilla en Cañete, quien torpemente reveló haber pagado con otra carta fianza entregada fuera de plazo.
Rojas Hinostroza – acotó que le parece burlesco que el director regional de Agricultura, se ampare en normas legales que no existen, para salvar a una empresa que ha tenido un mal comienzo con la obra de construcción de defensas ribereñas en el río Cañete.
“Según el (Julio Castillo), la ley le dice que él puede salvar a las empresas, pensando en el pueblo. Es la interpretación que hecho ante una parte de la prensa, el director de Agricultura”, concluyó.