De la medicina 2.0 a la salud 3.0

Por Fransanlag @fransanlag

Tal y como evoluciona la informática y la tecnología hoy día, un concepto recién nacido puede estar en su proceso de muerte antes de que lo llegue a conocer la mayoría de la gente.

No hace mucho que se empezó a hablar de la web 2.0 (en 2004, por Tim O’Reilly, ¡hace apenas 6 años!). Este concepto tardó 3 años en llegar al ámbito de la salud. El término salud 2.0 fue usado por primera vez en julio de 2007 por José Cubelos, curiosamente, un año después de que el término web 3.0 empezara a vaticinar el fin de su predecesor (en 2006, en un artículo de Jeffrey Zeldman)… siguiendo la pauta de “retraso temporal” que sufre la salud en este ámbito, cabía esperar que se hablara de salud 3.0 en 2009, ¿no? Pues así ha sido, tenemos un ejemplo en prensa escrita, en un artículo de El Mundo de María Sánchez-Monge. Por supuesto que no puedo dejar de mencionar a tantísimos compañer@s de la blogosfera sanitaria que llevan ya tiempo hablando de esto… en algunos casos, incluso personalizando el concepto de forma brillante: la salud 3.1416 del Dr. Bonis.

Pero, ¿está realmente claro qué es la salud 2.0? Y, en caso de no estarlo, ¿estamos preparados para pasar a la salud 3.0? El saltar versiones no es algo raro en Informática o tecnología: muchos han pasado del Windows XP al Windows 7 directamente… o del iPhone original al iPhone 4. Pero, ¿podemos saltar a la salud 3.0 sin pasar por la 2.0? Muchos pensaréis que ya estamos pasando y que estamos evolucionando de forma natural… pero, en mi experiencia personal, cuando hablo de salud 2.0 (incluso cuando hablo de web 2.0) en los cursos o charlas que doy, un 90% largo de las audiencias suelen poner cara de: “web dos punto, ¿qué? ¿mande?“. Y es ahí cuando me siento uno de esos “francotiradores solitarios” que menciona Miguel Ángel Máñez en su blog.

Pues, a cuento de esto, os quiero hablar de una revisión sistemática que se ha publicado en JMIR en la que se intentan identificar definiciones únicas de los términos “salud 2.0″ y “Medicina 2.0″, así como los conceptos recurrentes en dichas definiciones.

Para ello, hicieron una revisión bibliográfica sistemática (buscando en las bases de datos habituales: PubMed, Scopus, CINAHL) y también buscaron en la literatura gris de Internet, buscando con Google, Bing y Yahoo.

Analizaron un total de 1.937 artículos indexados y 1.404 de la literatura gris, identificando ¡¡¡46 definiciones únicas!!! en las que encontraron 7 elementos recurrentes principales. Enumerar las 46 definiciones es demasiado para una entrada de blog, pero si creo interesante traduciros las conclusiones del artículo, como suelo hacer.

Salud 2.0 y Medicina 2.0 son aún conceptos en desarrollo. Nuestro estudio identificó 46 definiciones únicas de Salud y Medicina 2.0 con siete temas recurrentes: web 2.0 / tecnología, pacientes, profesionales, redes sociales, información de / contenido sobre salud, colaboración y cambio en la asistencia sanitaria. Todavía no existe un consenso general sobre las definiciones de Salud y Medicina 2.0. Esperamos que este estudio contribuya a construir dichos conceptos y facilite el debate futuro, así como la investigación para lograr un marco conceptual claro.

Una limitación a tener en cuenta en este estudio es que la mayoría de las definiciones provenían de la literatura gris (búsquedas en Internet), sólo 9 se encontraron en la literatura científica revisada por pares.

Parece que lo que queda claro es que la cosa no está nada clara, pero esto es algo habitual con conceptos tan novedosos en ámbitos tan cambiantes como el tecnológico… ¿y queremos pasar ya a la 3.0?

Mi opinión es que estaremos en la 3.0 antes de que muchos profesionales sanitarios se enteren de qué era la 2.0 pero… ¿qué más da? ¿Tan necesario es ponerle un nombre?

Entendiendo la web 3.0 como la web semántica, está claro que ese concepto va a llegar al ámbito sanitario antes de lo que pensamos, de hecho, ya hay proyectos en este sentido en desarrollo, algunos de los cuales hemos analizado en este blog (por ejemplo, WolframAlpha).

Está claro que tendremos que vivirlo para verlo… para verlo y… para desarrollarlo, experimentarlo, disfrutarlo, evolucionarlo, criticarlo, mejorarlo…

¿Qué opináis vosotr@s?

Os dejo los enlaces al artículo original y al traducido (usando el traductor de Google), merece la pena echarles un vistazo.