De la violencia a la Comunicación Colaborativa

Por Lasnuevemusas @semanario9musas

¿Te has preguntado cómo es tu manera de conectarte con los otros? Cuando digo "conectarte" me refiero a los pasos que das para hacerte entender, en definitiva, comunicarte con los otros.

Tras mis poco más de diez años de experiencia trabajando con organizaciones, y cientos de miles de reuniones de trabajo, eventos y talleres, he tenido la oportunidad de encontrarme con diferentes tipos de personalidades, pudiendo presenciar cómo cada uno se comunica a partir de su cultura, sus experiencias y la realidad que lo aguarda a la salida de la oficina, y, por lo general, desde un lugar "contaminado" por los prejuicios, la arrogancia y la violencia.

Es que mientras el sistema educativo general no incorpore a su currículo cátedras obligatorias sobre vínculos, relaciones, inteligencia emocional, creatividad y comunicación, el saber cómo comunicarnos asertivamente con otros siempre será una tarea pendiente que deberemos afrontar por nuestra cuenta durante toda la vida.

El desconocimiento de este pilar fundamental del desarrollo humano es lo que trae conflictos en nuestras relaciones y lo que le da fuerza a la creencia de que, para que la vida tenga sentido, debe haber conflicto. ¿Debe ser así?

La comunicación puede hacer que este sea un mundo mejor

Todo lo que consumimos es comunicación: desde la información de los diarios y los noticieros hasta las películas, las caricaturas, los libros, los cuentos y las obras de teatro, pero también la publicidad (tanto impresa como digital). Todo ese aglomerado, en definitiva, es comunicación. Nos comunicamos constantemente por vías infinitas y, al menos, la mayoría de lo que consumimos está pensado en términos positivos. Si no me crees, préstale atención a los diálogos o lee los textos de los avisos publicitarios, o los finales de las series y películas; siempre hay rayos de esperanza, de valores, que nos dicen, que la vida es hermosa y que disfrutemos del camino. Pero ¿qué pasa en la realidad, en la interna de nuestras vidas?

El problema es que, como individuos, no sabemos comunicarnos tan bien como creemos. Lamentablemente, a la mayoría nos educaron bajo regímenes que reforzaron la competitividad y la emisión de juicios; nos enseñaron a crear y pegar etiquetas, y a ser expertos en anticipar hechos y en clasificar moralmente (todos nos creemos capaces de juzgar lo que está bien y lo que está mal). Si todo esto es así, cómo no va a complicarse nuestra manera de comunicarnos.

En efecto, permanentemente generamos conflictos en nuestra existencia, creando malentendidos y buscando provocar reacciones violentas en los otros.

Reinventar nuestra forma de relacionarnos

Al darse cuenta de que los conflictos surgen por no saber comunicarnos, el psicólogo Marshall Rosenberg pensó en un sistema que nos permite comunicarnos de manera más asertiva y coherente con nuestros valores personales: la Comunicación Colaborativa.

Imagina poder hablar y escuchar desde el corazón para conectar, en principio, con nosotros mismos y, luego, con los demás, pero siempre desde el ligar de la compasión. La compasión es un ingrediente clave para Rosenberg, quien cree que, cuando nos comunicamos desde una actitud compasiva, generamos felicidad, y la felicidad reemplaza a la violencia.

Antes decíamos que fuimos educados para generar conflicto, pues, ya que somos conscientes de esto, qué tal si pasamos la página y escribimos un nuevo capítulo para que nuestra comunicación sea distinta de ahora en más.

Estas son algunas recomendaciones de Rosenberg:

  • Observa sin evaluar. Convirtamos las palabras en ventanas en lugar de puertas que bloqueen una conversación.
  • Identifica y expresa sentimientos y emociones. Hacerlo responsablemente para hacer más fácil nuestra relación con otros, eso nos da la oportunidad de conocernos realmente destapando así nuestra propia vulnerabilidad.
  • Reconoce y comprende necesidades insatisfechas. Los demás no son causantes de cómo nos sentimos, ya que esa emoción la generamos nosotros mismos. La clave está en saber recoger nuestras emociones y hacernos responsables de ellas.
  • Utiliza un lenguaje positivo y sano. Saber cómo expresar aquello que queremos desde la tranquilidad y con un lenguaje positivo potenciará nuestras relaciones.

La Comunicación Colaborativa no es una ciencia exacta, pero sí es un paso muy interesante para quienes queremos ser partícipes de un cambio profundo en nuestro entorno. Es poder lograr comprender que, si ponemos en la mesa nuestros sentimientos y nuestro corazón, es mucho más fácil poder recibir lo mismo de los otros, para, en definitiva, comunicarnos desde la calma y siempre teniendo en cuenta al que nos escucha. De eso se tratan las relaciones sanas, sea en el ambiente que sea.

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