De las Emociones a los Sentimientos II

Publicado el 07 noviembre 2011 por Vwollstein

…como piensan tus personajes.

Los personajes son personas y debemos tratarles como tal, cada uno con su idiosincrasia, unos con las pasiones desatadas, otros con los sentimientos ordenados y la mayoría con emociones que interactúan unas con otras y unos cuantos con sentimientos desadaptativos cronificados. Sabemos que los pensamientos impulsan los sentimientos y acciones. En la mayoría de las situaciones o circunstancias si los pensamientos son negativos también lo serán los sentimientos y se podría actuar de manera negativa.

Si queremos que la mente de nuestros personajes no se atasque en un sentimiento, en producir pensamientos negativos uno encadenado a otro, en una espiral que llevaría a la desolación. En su lugar… en el mismo instante en que sean conscientes de su situación, ¡que comiencen a preguntarse!

Imagínate que tu personaje se pusiera en un momento dado del argumento de tu libro a escribir los sentimientos que se suceden en su interior: ¿Qué imágenes vienen a su mente, qué frases se repiten a sí mismos, qué actitudes toman… ? Haz que se pregunten qué desencadenó el sentimiento, que le pongan un nombre concreto, no basta pensar “estoy mal” o “estoy bien”. Que aprendan a identificarlo, mejor aún que lo escriban…

Luego imagínate que se hablan a sí mismos en voz alta y se expresan el sentimiento a sí mismos, que salga de dentro todo lo que pueda quedar en el inconsciente y que lo lleven al nivel consciente.

Como último recurso (pero no menos importante) búscales otros personajes de confianza para que se desahoguen con ellos. Todo esto es manejarlo, elaborar el sentimiento y sea cual sea convertirlo siempre en positivo. Más adelante iré dando unas tablas que ayuden a identificar los sentimientos con distintos matices (no es lo mismo estar irritado con uno mismo que enfadado con alguien)

Actividad propuesta:

  • Piensa en un sentimiento negativo que pueda tener un personaje en concreto, que lo diga en voz alta y lo escriba en cualquier lado (arena de la playa, vaho del cristal, pizarra, etc) después que tu personaje vea qué causa lo provocó y con qué pensamientos lo alimentó. Haz que se haga el propósito de no hacerlo crecer con sentimientos recurrentes negativos y que lo resuelva de una forma positiva. UNA BOTELLA PUEDE ESTAR MEDIO LLENA O MEDIO VACÍA, MIRA EL LADO LLENO DE LA BOTELLA Y NO EL VACÍO. Escribe que parte positiva puede tener, que seguro que la tiene y olvídate de lo negativo por un instante. Seguro que se le ocurren varias soluciones a ese sentimiento y de esta forma tu personaje afianza esos pensamientos buenos en su inconsciente… de esta forma su sentimiento se ha transformado en positivo. Y así puedes darle la vuelta a tu relato.