Aquí los llamamos mantas, chales, y pashminas en los años de auge importador. Pero su costumbre asienta sobre una manufactura textil que usaron las mujeres en toda Latinoamérica, y que aún sigue usandose.
En el Río de La Plata fue abrigo para las mujeres pobres, pero a lo largo de la Cordillera fué prenda de elegancia y sensualidad femenina: se lo conoce como rebozo. La palabra no aparece en la lengua española hasta 1582.
Rebozo significa cubrir, rodear, ocultar, secreto, recato... Desde el autóctono telar de cintura hasta el sentido que esta prenda adquiere según la educación y personalidad de la mujer que la lleve, su urdimbre y trama no sólo son las del entralazado de los hilos y el movimiento de las tejedoras, sino las del mestizaje cultural con los españoles. Y se traduce claramente en la forma de envolver con él el cuerpo y en la forma de moverse que acompaña.
Pintura mexicana que nos muestra una típica belleza criolla, con un rebozo que se desliza sensualmente de la espalda, y la "balaca" de trenzas cruzadas sobre las sienes.
México tiene una larga tradición en rebozos: su tejido es una industria indisoluble de su cultura y hay quienes los coleccionan, ya que su color, técnica de teñido, entretejido de los hilos y flecos dependen de la etnia que los confecciona. Los hay de muchos tipos, y una variedad notable de efectos, desde lo más sencillo hasta lo extraordinariamente elaborado.
El bebé de Dolores Fonzi y Gael García Bernal
sujetado por adelante con el rebozo.
Esta mochila reinterpreta en clave contemporánea el modo de llevar la carga
atada a la espalda con un rebozo.
con un ancho ribete de cuero a modo de solapa.
por Clarisa Ralton