… de los timos al vender algo por Internet

Por Arusca @contrasypros

Hace poco quisimos darle salida a unos muebles que nos quedaban del mini piso. No pudimos aprovecharlos porque no nos cuadraban las medidas. Pero ya no podemos quedárnoslos por más tiempo. En vista de que nadie conocido los quería, decidimos poner un anuncio en Internet en tiendas de segunda mano

Aquello parecía fácil: haces un par de fotos desde distintas perspectivas para que se vea bien lo que quieres vender, tomas las medias, te registras en la web en cuestión, subes las fotos, describes el artículo, pones un precio y dices de qué manera prefieres que el posible comprador contacte contigo (por teléfono o por email). Luego te sientas a esperar a ver si tienes suerte.

Sin embargo, hay que andarse con mucho ojo, pues incluso aquí y siendo tú quien vendes y no el que compra, hay mucha gente dispuesta a timarte. Lo primero que debió alertarme es que me iban llegando respuestas al correo según iba publicando los anuncios (varios muebles, varios anuncios). Lo segundo que me mosqueó fue que los correos estaban escritos en lo que parecía una mala traducción de Google, además de un corta y pega. Lo tercero que debió de hacerme pensar que aquello no iba en serio era que dichos correos contaban que eran muebles para un familiar (un padre, una hija…) y que el comprador estaba en estos momentos fuera de España

Quien contesta a tu oferta siempre está en un sitio lejano (en el desierto, en una petrolera en mitad del océano o incluso en el Amazonas), por lo que no puede realizar el pago en efectivo en el momento de recoger el mueble, que es lo que nosotros pedíamos. Además, los muebles no son para él, sino para un familiar que vive fuera de España, aunque siempre cuenta que él se hará cargo del transporte hasta el destino.

Además, dicho “comprador” siempre insiste en que le des tu dirección para dársela a los de la mudanza. Yo le respondía diciendo que se la daría más adelante y le preguntaba que cuándo podría pasarse a recoger el mueble, pregunta que nunca contestaba. Claro, no tenía intención de comprarlo. Durante el intercambio de mensajes, puede que pregunte por el estado del mueble, pero se conforma con un “no está roto”.

Si sigues adelante con la venta, llegará un momento (sobre el tercer email) en el que te dirá que, como no puede efectuar el pago en efectivo, puede hacerlo a través de PayPal o transferencia bancaria. Nosotros siempre desconfiamos de PayPal, así que no tenemos cuenta ahí. Así que optamos por la transferencia. Le dimos el número de nuestra cuenta y el nombre de nuestro banco. Pero esto es una mera formalidad porque, en realidad, no sirve para nada. Es sólo para dar apariencia de normalidad en la venta.

Ahora viene lo bueno. En el siguiente email, este “comprador” te dice que ha efectuado un ingreso (en tu cuenta o en otro banco distinto y desconocido) por un importe superior a lo que vale el mueble que quieres vender, por ejemplo, 200 o 400 € de más. Afirma que este dinero de más es para los de la mudanza o que, para poder recibir el dinero por el que vendes el mueble, primero debes ingresar ese importe de más en su cuenta. Algo así como para desbloquear el pago.

Éste es el timo. Esos 200 o 400 € de más es lo que quiere sacarte a ti. Nosotros no llegamos a efectuar dicho ingreso y así se lo dijimos. Después, el “comprador” te manda otro correo diciéndote que debes ingresar ese dinero de más para poder recibir lo que vale el mueble. Da igual las veces que le digas que no lo harás (porque ni el ingreso no se ha efectuado en tu banco ni es la cantidad acordada). Al tercer email de este pelo, le contesté que dejara de mandarme correos, que no le íbamos a ingresar nada y que aquello parecía más una estafa que la compra de un mueble, por lo que, si seguía insistiendo, daríamos parte a la policía. Y ahí se terminaron los correos. Un timo en toda regla.

CONTRAS:

  1. Me maravilla ver que se puede hacer una estafa de cualquier situación. Todo es susceptible de convertirse en un timo.

  2. Me estoy haciendo más desconfiada con los años. Yo suelo confiar bastante en las personas, pero de un tiempo a esta parte es cierto que tiendo a desconfiar bastante de casi todo.

  3. Obviamente, seguimos con los muebles. Aún no los hemos vendido.

  4. Esta clase de estafas se suelen dar más a través del email. Mi suegro vendió también un mueble a través de la misma web pero él puso como forma de contacto el móvil y no tuvo esta clase de llamadas. Yo tuve que poner el email porque, estando con el Peque todo el día y con los tres todas las tardes no puedo mantener una conversación seria.

PROS:

  1. Con estas cosas, he aprendido que, como todo puede ser un timo, hay que andar con pies de plomo: no dar datos personales hasta tenerlo todo bien atado.

  2. De todo se aprende. Me siguen contactando algunos compradores de este estilo. Ahora ya sé por dónde van y manejo mejor la situación.

No sé si habéis intentado vender algo a través de Internet y, de ser así, os habéis topado con una situación como ésta. Creo que Internet es el medio perfecto para determinadas estafas y, quizás por eso, hay que andarse con mucho más cuidado.

Y bueno, ya os lo he dicho, seguimos con los muebles. Si por ahí hay alguien interesado, podéis mandarme un correo ;) .