Así, ayer tarde, cuando encontré este precioso hotelito (cuentan con 2 habitaciones nada más, pero qué monada...) en Anacapri, lógicamente copié y pegué rápidamente en mi lista de hoteles de ensueño (que la tengo en borradores y es casi, casi quilométrica!). Os preguntaréis si sigo algún criterio en especial para seleccionar hoteles y destinos, pero la verdad es que no. A veces pueden ser hoteles de lujo total y que me encanten por eso mismo, por lo inaccesible; y en otras ocasiones, son pequeños hoteles con mucho encanto en los que creo que me sentiré bienvenida y como en casa. El de hoy es uno de estos últimos. Lo importante para mí, es que me den alas para soñar e ilusión para salir zumbando de la cama los lunes por la mañana (es lo que tienen lo de viajar, que cuesta pasta gansa!).
Y vosotros... También soñáis despiertos?
Coralia.