Este año la parada la hicimos en Pamplona. Queríamos degustar sus pintxos con tranquilidad ya que conocíamos la ciudad pero en San Fermín y en esas fechas se va a otra cosa… El estilo del tapeo es tipo vasco, con barras de ensueño, llenas de pequeñas obras de arte gastronómicas y de precio alto. Tapas de 2-2,5€ y los vinos rondando los 2€.
Las mejores zonas de la ciudad están en los alrededores de la Plaza del Castillo. Por un lado en las calles Comedia y San Nicolás y por el otro lado de la plaza en las calles Espoz y Mina y la mítica Estafeta, conocidísima por los encierros. De hecho hay una ruta de tapeo que se llama así “encierro” que consiste en hacer el recorrido del mismo entrando en todos los bares, algo solo para valientes.
Por la mañana dimos una vuelta rápida por el primer lado: San Nicolás, empezando en el Baserri, una barra repleta, donde tomamos un pincho de calabacín con beicon y gambas, un delicioso huevo a baja temperatura con hongos y dos coca-colas por 8,90€.
Seguimos avanzando por la calle hasta San Nicolás Cocina Vasca un restaurante con una carta de tapas en las que predominaban los huevos así que nos tomamos uno a la marinera (con salmón demasiado salado, patatas, gambas y gulas) y una tempura de verduras y chipirones; las dos tapas con mosto y clara salieron por 7,30€.
Terminamos la ruta mañanera en La Marrana de La Ramos, el local venía recomendado en la guía Ruta de Pintxos de Turismo de Pamplona y estaba bastante lleno por lo que nos adentramos en él; fue un poco decepcionante ya que las tapas eran tostas con pan bastante malo. Pedimos una de jamón, aceptable, y una de pulpo soso, con el pan quemado y muy insulsa. Nos cobraron 8,70 por las dos con un agua y mosto… algo caro para lo que era.
Acabamos bastante llenos solo con 3 bares por lo que decidimos irnos a descansar al hotel y reservarnos para la sesión de noche, llegando a la conclusión de que era mejor compartir un solo pintxo por bar para, así, poder visitar más locales ya que por la noche tocaba la calle Estafeta: - Empezamos en La cocina de Álex Múgica. Un bonito y tranquilo local (no es la típica barra llena de tapas) al que entramos para probar “Antxoa y Txangurro, menuda lata!” una exquisitez de pasta de txangurro con un boquerón que fue III Premio en el concurso de pintxos de Navarra. Con una coke y un txacolí salió por 7 euros.
Nos alojábamos algo retirados del centro, en el Hotel Sancho Ramirez, ya que estuvimos buscando en www.selectahotels.com (una estupenda web de hoteles “especiales” que ya nos sorprendió con el Castillo Hotel Son Vida de Mallorca) algún alojamiento curioso y bien situado pero estaban todos llenos por lo que acabamos usando un Wonderbox de “noche insólita” donde lo insólito es que hoteles de categoría media-baja como este, estén en un paquete que se hace llamar así. Pero eso no nos enturbió la noche, tranquilamente, con el estómago lleno y el ánimo alto por lo que habíamos disfrutado nos volvimos al hotel.
¡Viva San Fermin. Gora San Fermin!.