Yo veo a la gente que llega divina a las presentaciones de sus libros. Lidia Herbada, sin ir más lejos, presentó hace poco su libro "Ácido Fólico" - que, dicho sea de paso, os recomiendo - sin despeinarse un pelo, toda glamurosa ella. Yo no. Yo perdí el glamour cuando decidí tener hijos. Dos horas antes de la presentación, estaba en la puerta del cole, sin peinar, sin maquillaje, con las gafas y el polar, rogando a los dioses que los enanos tuvieran poca tarea que hacer ese día. Una hora antes de la presentación, batallaba con un ejercicio de lógica de Susanita, mientras mi santo intentaba que el Terro se sentara a hacer los ejercicios de Lengua. Y media hora antes, me volvía loca buscando qué ponerme porque lo que había pensado llevar provocó una cara de "No me gustas nada" de mi santo. Así que llegué de los pelos. Y ya tenía gente esperando en la librería para que les firmara su ejemplar. ¡Una emoción! Pero, a pesar de mi corre-corre, creo que salió muy bien. Vino muchísima gente (gracias a todos), vendimos muchísimos ejemplares y firmé muchísimas veces. Menos mal que las recetas van sin dedicatoria.
El público asistente a la presentación en la librería Lemus, con Susanita, el Terro y mi santo en primera fila, ya degustando el Marba, un vino que nos acompañó en la presentación. Delicioso, por cierto. Aquí tenéis el discurso de mi madre, con el principio cortado porque mi santo estaba en Babia.
Y el mío, con el principio cortado por el mismo motivo.
Quiero dar las gracias desde aquí a la librería Lemus que lo hizo posible, a todos los que fuisteis y a los que se dejan los cuernos buscando y encargando mi libro por todas las librerías de España. Mil millones de gracias.