Pues bien, ya está bien de dormir, que esto va de decoración, y si andar de puntillas evita el ruido que nos despierta, las puntillas o encajes nos hacen abrir los ojos como platos para disfrutar de imágenes como las que hemos encontrado por la red.
Y es que ya sabéis de nuestra afición por este elemento tan romántico, y que incluso de plástico, engalanan y transforman de Cenicienta a princesa el objeto más simple.
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Perico, por su parte, duerme de puntillas y con puntillas, y se despierta por las alturas decorando como el mejor de los encajes. ¿No creéis?
¡Hasta el próximo día!