¿De qué te arrepentirás el día de tu muerte?

Por Valedeoro @valedeoro

La cultura occidental tiene cierta tendencia de ignorar el hecho de que un día moriremos. Y aunque te incomode la idea de recordar que tu también eres mortal, este mismo pensamiento puede ser una ayuda importante en tu decisión de ser feliz hoy y ahora (sin olvidarte del futuro). Los estoicos utilizaban la mortalidad como un recordatorio de que todo es transitorio y de que el presente es lo único que tenemos. Independiente de si mañana te atropella un camión, o si llegas a una edad avanzada, la conciencia de la muerte puede guiarte para no perder de vista dos ideas fundamentales: salir de tu zona de confort y organizar tu vida a partir de tus valores.

Arriésgate, y cuida de tus prioridades

Es importante que te arriesgues de vez en cuando. Si no estás segura entre atreverte o mantenerte en tu zona de confort: hazlo! Te arrepentirás de las cosas que no has hecho, ya que para lo demás encontrarás alguna razón para justificarlo dentro de la narrativa de tu vida. Sin embargo, desaprovechar las oportunidades únicas no es suficiente, también querrás darle espacio a los placeres más mundanos de tu día a día. Leyendo este artículo en The Guardian sobre los cinco arrepentimientos a la hora de morir, me doy cuenta que la revisión regular de mi agenda es muy importante:

¿Para quién vives tu vida?

No hace falta que cambies de profesión, de país o de pareja. El reto está en incorporar pequeños sueños y placeres en tu día a día. Puedes elaborar una “lista del amor” para cada año (o cada mes) para asegurarte de que no te olvidas de las cosas que querías hacer. Recuerda que esta lista es para tus sueños, sin importar si a los vecinos o a tus padres les parece lo suficientemente importante.

¿Vives para trabajar o trabajas para vivir?

Tu trabajo es un trabajo, no necesariamente es tu vida. Si trabajas por cuenta ajena, está bien que los fines de semana apagues la blackberry y te concentres en tu pareja o en tus hijos. Si trabajas por cuenta propia también te mereces un descanso dedicado a algo completamente diferente. El trabajo nunca puede ser un sustituto de tus seres queridos o de tus pasiones: serán estos impulsos externos los que te ayudarán a dar lo todo en el ámbido del trabajo.

¿Cuándo fue la última vez que expresaste lo que sentías?

¿Cuándo fue la última vez que le dijiste a tu pareja, cuánto la aprecias? ¿Cuándo fue la última vez que pediste perdón a alguien? ¿Cuándo fue la última vez que dijiste a tu amigo lo que significa su apoyo? Expresar los sentimientos requiere un poco de práctica. Así que atrévete, reconoce lo que otros aportan a tu vida, perdona, apoya, ama y sonríe.

¿Cuánto tiempo reservas para tus amigos?

Tu trabajo tiene un espacio en tu horario, el gimnasio también, y quizás hasta la familia. Los amigos son otra fuente de fuerza y felicidad en tu vida: has pensado en darles un espacio en tu vida? Busca una forma de recordar los cumpleaños, organiza reuniones regulares o comprométete a hacer una comida bisemanal o mensual con tus mejores amigos.

¿Te atreves a ser feliz?

La felicidad es una decisión más que un destino. Ríe, baila, disfruta del olor de la tierra húmeda después de la lluvia, aunque puede parecer infantil. Tu vida es tuya, así que tienes todo el derecho y la responsabilidad de aprovecharla.

¿Qué puedes hacer hoy para que tu vida sea más tuya?