"...Ahí fuera está lleno de estresados con grandes dificultades para escuchar.
Tenemos mucha tensión en el cuerpo y en la mente. Las prisas y el parloteo incesante en la cabeza traen estrés. Se trata de volver una y otra vez a la respiración, identificar cada inhalación como inhalación, cada exhalación como exhalación. Si la mente está ahí, en la respiración, deja de dar vueltas alrededor de otras cosas de fuera. En la sociedad hacemos lo contrario. Los jóvenes no son capaces de estarse quietos ni un momento. Quieren chequear su móvil o su e-mail constantemente. Les digo: ´relájate, no te estás perdiendo nada. Todo continuará ahí cuando vuelvas a encenderlo´. Están constantemente pensando en lo siguiente. Pero la vida sólo transcurre en el presente.
Incluso cuando estamos esperando, sin hacer nada, estamos estresados. Lo veo en el aeropuerto, por ejemplo. Estás rodeado de gente ansiosa, pegada a su teléfono y su ordenador. Pero si es un tiempo de espera, ¿por qué no te relajas? Pero en nuestra sociedad eso se vive como lo normal. Estar constantemente corriendo es lo normal.
Supongo que era de los que corría, de los ansiosos, antes de hacerse monje.
Desde luego. Los Ángeles es una ciudad muy dura, y yo llevaba una vida social intensa. Si te quedabas en casa un sábado por la noche, eras un pringado.Recuerdo bien la primera vez que acudí a una charla de Thich Nhat Hanh. Nunca había experimentado nada parecido: un hombrecillo capaz de transformar la energía de un auditorio de 6.000 personas con el simple sonido de una campana. Todo se quedó en silencio. Fue la primera vez que me sentí verdaderamente en paz.
Y abandonó su trabajo de arquitecto.
Cuando estudiaba, era de los que quería cambiar el mundo. Pero eso se fue quedando atrás. Me di cuenta de que estaba tratando de tener éxito y de conseguir más y más a costa de perder mi humanidad. Trabajé con muchos arquitectos famosos y vi que no eran felices. Entonces supe que tenía que hacer algo; todavía no sabía qué, pero algo..."
La felicidad es contagiosa, un extracto de una entrevista realizada en el El País, SModa a Phap Dung.
Cómo dice Phap Dung, incluso cuando estamos esperando sin hacer nada estamos estresados...Quizá yo tenga que volver una y otra vez a la respiración, y practicar esa meditación de la que habla el maestro y observar las cosas con más profundidad. Muy interesante leer el artículo completo clic aquí.