Y lo hicieron. Vaya si lo hicieron!. Nos centramos en el casco antiguo, los bares se encuentran, principalmente en dos zonas. Una por la la Plaza del Mercado Chico y alrededores, en las calles Vallespin y Comuneros de Castilla. La otra, la que llaman la zona de vinos y un pelín más cara, la calle San Segundo, al lado de la Puerta del Alcázar.
Zona Plaza del Mercado Chico: con más bares clásicos y muy baratos
- El Buen Yantar, en la calle Vallespín, es el mejor de la zona y un imprescindible. Amplio y bien atendido. Dos Coca-Colas con tapa de patatas revolconas (de las mejores) más una tapa extra de croquetas para los niños (0,7€) por 5,10€. Es un bar de los clásicos y donde más gente había.
- Don Carmelo: también en Vallespin, estaba vacío y eso que tenía muy buenas tapas como churrasco o panceta. Quizá la falta de ambiente se deba al servicio y su camarero tan seco. Remolonéo mucho con la tapa (nos veíamos sin ella) y tras pagar no nos dio la vuelta y hubo que reclamarla. Dos verdejos con patatas revolconas (un poco peor que la anteriores). Es un bareto que puedes visitar únicamente por sus tapas ya que no aporta mucho más.
- También muy lleno y clásico, con tapas muy variadas aunque con una preparación menos currada está Casa Guillermo. En la misma Plaza. Dos Verdejos más un mosto y de tapas dos empanadillas más una de patatas revolconas (las peores del día) por 6€. Está junto a otro famoso, el El Portalón, que no pudimos probar porque en enero cierran por vacaciones.
- Mesón Gredos (Calle Comuneros de Castilla): 4,40€ por dos blancos. También es un bareto, con camareros de los de toda la vida y unas tapas variadas y enormes. No te lo pierdas si tienes hambre. Nosotros tomamos un roll de vegetal y una tapa codorniz escabechada.
- 1966mangas: en Comuneros de Castilla, el más moderno de todos. Casi nos los saltamos porque porque aunque que vimos como entraba mucha gente, por la decoración, parecía una cafetería y de primeras no entramos. Luego si y nos fue medio bien ya que una de las tapas era una enorme chapata de picadillo aunque la otra una de tortilla que ni fu ni fa. Tampoco era nada caro: 4,4€ dos blancos y las tapas.
Zona San Segundo: bares algo más modernos y un poco más caros que en el centro.
- La Antigua. Tan moderno que tenían música chill-out, mesas para comer, carta de Gin-Tonics y atendido por chicos jóvenes pero que lo hacían con gran profesionalidad, Para elegir la tapa tenías carta (no es habitual), de cocina y variadas. Una Coke y un Verdejo con dos tapas de huevos escojonaos (como los rotos pero con huevo de codorniz) 5,10€
- La Bodeguita: de los más famosos de la ciudad quizá para mi gusto muy turístico y por lo tanto bastante lleno. Tienen una gran carta de vinos, dicen que tienen más de 1300 referencias. También tienen carta para raciones y tostas pero viéndola tampoco nos llamaba mucho. No es de lo mejores bares, no eliges la tapa y es más caro que los de los alrededores. Pedimos 4 croquetas de jamón (5,5€) más dos Verdejos con una tapa de oreja para compartir y dos croquetas de queso: 10,5€
- Casa de Postas: Merece la pena entrar, es distinto en su decoración y en el tipo de pinchos. No llegamos a saber bien que tenían, vimos mucho pincho y sándwich pero de cocina nos dijeron pedid "lo que queráis" pero ese "lo que queráis" no sabíamos a que se refería así que cogimos de la barra un pincho de bonito y un sándwich vegetal. Todo, con dos de leche (los pekes nos acompañaban ;), un Verdejo y un agua por 7,40€
- Alavirule: otro con decoración original, juvenil y con mesas para comer pero que merece la pena visitar. Con dos Verdejos, una tapa de seta con mayonesa y pincho de pollo: 5€
Y antes de irnos nos faltaba probar un chuletón. Queríamos comerlo sin salir del centro y mirando entra los opciones vimos la recomendación de Los Candiles. Servían un menú cerrado por 26 euros cabeza (con postre y bebida) en el que podías elegir entre varios primeros típicos como sopa Castellana, judiones del barco, patatas revolconas, etc y segundos entre pescados y carnes, y como no, el famoso Chuletón de Ávila. Para comer lo más típico posible pedimos judiones del Barco y fueron algo decepcionantes, algo duros, con poco sabor, no estaban bien fusionados con un caldo poco contundente (... que nadie se ofenda pero nos parece mucho mejor la fabada). El chuletón, sin embargo, si que estaba bien preparado y lo disfrutamos como se merece. Los postres, sin embargo, no fueron buenas elecciones y desmerecieron un poco la comida: una tarta de manzana algo mazacote y un arroz con leche soso. Lo mejor del lugar es el servicio, por lo atento y por el trato; no es que sea una sitio malo pero seguramente haya locales con la misma calidad y menor precio que este.