En la anterior ocasión decíamos que la ciudad estaba bien para el tapeo pero sin llegar a enamorarnos. Era algo cara y la variedad un poco pobre, mucha croqueta y mucha gamba rebozada a precio exagerado. Ahora, años después, los precios se han mantenido y las barras han ampliado su oferta por lo que la sensación ha sido mejor.
Las zonas que hay en el centro para tapear son varias, pero las dos principales son los alrededores de la Plaza de Santa Marta y, sobretodo el Tubo.
Plaza de Santa Marta:
- Una ronda primero, tranquila en una de las terrazas de allí. La Tasca Santa Marta. Especializada en tostas y embutidos. Es un bar prescindible donde por dos cokes y tosta de jamón ibérico pagamos 8,20€
- Los Zarcillos, íbamos buscando los Vitorinos que tanto nos habían recomendado pero como estaba cerrado por vacaciones nos metimos aquí al ver que había aparecido muchos años en la Guía Michelín y la verdad es que era un bareto genial, con una gran barra y un excelente camarero. De los de toda la vida; de los que, tras un vino, ya te ha contado su vida y con 3 más se la cuentas tú a él. Tapa de migas y dos blancos 6,9 euros
- El Lince. No se debe dejar de visitar. Aunque el sitio no tiene buena pinta y es algo guarrete dan la que, según las guías, es la mejor tapa de Zaragoza: El Guardia Civil, un bocadillo de sardina rancia, pepinillo y pimiento rojo. Muy rico. Puedes pedirlo que pique o que no.
Zona El Tubo: la verdadera zona de vinos de la ciudad. En la confluencia de las calles Estébanes y Libertad se encuentra la mayor concentración de bares y ambiente de Zaragoza, sobretodo de noche. Hay gente en la hora del vermú pero cuando sobretodo se echan a la calle los zaragozanos es en la sesión cena. De hecho tuvimos que saltarnos muchos bares por la cantidad de gente que había.
- El Balcón del Tubo. Tenía carteles de haber ganado algunos premios en concurso tapas pero, como nos sentamos en terraza, directamente nos sacaron una carta de raciones. Nuestro plan era tapear pero al desconocer lo que tenían y dada la nula información por parte de los camareros tiramos de carta y nos tomamos un par de pinchos de boquerón, secreto ibérico y dos Coca-Colas. Nos cobraron 20 euros.
- Vinos Nicolás: Un bar de los que a mi me molan. Bareto bareto, con barra de acero inoxidable, con poco gasto en decoración pero mucha tapa donde elegir. Un bar amplio, con buen servicio y la barra llena de pinchos. Un croquetón, un torrezno y empanadilla con dos blancos. 9,2 €
- Melí Mélo. Un gastrobar, con una carta más refinada que el resto y una decoración más elegante. De tapas sofisticadas y, claro, mayor precio. Aún así yo lo pondría en una lista de imprescidibles. Nuestra elección fue Gyozas de conejo y una tapa de chocolate con aceite y sal. Con dos cavas al que le ponen una uva congelada todo por 10,80€
- La casa de las migas, como ya habíamos tomado migas en los Zarcillos pedimos croquetón y dos gambas Orly (gabardina). Y fue la peor croqueta de nuestra vida, no le gustó ni a los niños. Aunque, coño, la culpa es nuestra... ir a la casa de las migas a tomar croquetas no es de recibo. Dos croquetas, dos gambas, dos cavas y dos vasos de leche 9 euros. Al menos fue barato.
- El 21. Un bar juvenil con buena carta de raciones y tapas baratas. Tiene un ligero toque a bar low-cost. Ensaladilla, tapa el 21 de solomillo trufado con dos verdejos. 7,2 €
- Los Rotos, nos metimos en un bar que queríamos probar "Sin nombre las tapas creativas" y acabamos en este. Resulta que estaban unidos. Los Rotos es una cadena con varios locales en Logroño o Madrid, donde sirven una pan relleno de distintas variedades de revuelto. Al final nos quedamos porque vimos que se podían pedir las tapas de un bar en el otro, que son el mismo y que creativo hay que ponerse para imaginar que esas tapas son "creativas".. Dos de langostinos rebozados y dos blancos 9,60€. Caro y prescindible,
- Taberna La Casta. Quizá de los más conocidos de allí. Por los años que tiene y por su fachada. Especializado en croquetas aunque también puedes probar alguna cosa más como las madejas, una suerte de zarajo aragonés más jugoso que éste. Lo normal allí es pedir croquetas y eso hicimos, probamos la más curiosa, la de gallina con chocolate (entre sorprendente y chocante el sabor) y una de rabo de toro que con dos blancos nos costó 9,20€. Es un bar caro, las croquetas salen a más de 2 euros cada una.
Y ahora si, creo que esta vez si os estamos mostrando una buena ruta y algunos bares que si vais por allí no podéis dejar de catar.