Cada noche le añadimos a un yogur sésamo y lino, previamente machacados en un almirez para beneficiarnos mejor de todas sus propiedades, junto con una cucharada de chia, pipas de calabaza, pipas de girasol y nueces.
Para finalizar, un poco de miel o ágave. Aunque nos ha costado esfuerzo y disciplina acostumbrarnos, nos hemos terminado enganchando al "semilleo", y ahora nos encanta. Además, nos imaginamos lo bien que le sienta a nuestros huesos, colesterol, tránsito intestinal (dejar unas cuantas simientes de lino sin machacar para esto, es mano de santo) ...
Solucionado el tema mental y culinario, nos quedaba el estético. Este conjunto de botes, cada uno de su padre y de su madre, no era propio de nosotras...
Llevábamos tiempo dándole vueltas a ver cómo podíamos agraciar el conjunto, partiendo siempre de los típicos tarros de cristal que vamos acumulando en casa. Y la solución, de lo más sencilla, pasó por pintar las tapas...,
..., en verde mint, ya te digo...,
..., y en seleccionar por tamaño los recipientes.
Ahora sí había orden y armonía en el conjunto.
Resolver el lado decorativo de las cosas es, para nosotras, casi tan importante como el saludable.
En realidad, todo lo que aporte calma, equilibrio, paz...contribuye a nuestro bienestar físico y mental.
Y es bueno que cada uno sepa cómo y dónde encontrarlo.
Las otras tapas, esas de nuestra gastronomía, también satisfacen nuestro lado más "espiritual", y a ellas nos dedicamos, en cuerpo y alma, durante el fin de semana, que, por cierto, ya se acerca... Así que, como cada viernes, nos vamos a casa de Marcela a inaugurar el Finde Frugal.